Sorpresa desagradable y agradable al mismo tiempo fue la que se llevaron dos jóvenes jerezanos hace unos días. Para darse un baño en la playa de El Palmar sin cargar con muchos bártulos, dejaron las carteras y los teléfonos móviles en el coche. Tras el chapuzón, comprobaron con malestar que algún amigo de lo ajeno los había observado y les habían birlado sus efectos personales del interior del vehículo. La sonrisa llegó cuando se dieron cuenta de que los terminales de los teléfonos habían desaparecido pero los ladrones, en un buen gesto, les habían dejado, además de las carteras con todos los carnets, las tarjetas SIM de los móviles. El robo les fastidió el día pero menos de lo habitual en estos casos.
Entiendo lo se quiere reflejar al decir “desagradable y agradable al mismo tiempo” pero maldita la gracia que a mí me haría.