Tras una semana de huelga de limpieza en los colegios públicos de Jerez y el cierre de cuatro aularios de Infantil decretados para este lunes, la Federación Local de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Jerez (Flampa), ha tomado cartas en el asunto con contundencia. El colectivo ha remitido una solicitud al Fiscal jefe del área de Jerez “para que investigue si existe algún tipo de infracción penal que suponga un atentado al derecho fundamental a la Educación, por parte de las partes implicadas”. Ha procedido de igual forma con el Defensor del Pueblo Andaluz “con el objeto de solicitarle que acuda a la vía judicial contra cualquiera de las partes si lo considera admisible”.
Pero no se han quedado ahí sino que también han remitido escritos a la Junta de Andalucía (competente en Educación) y el Ayuntamiento de Jerez (competente en materia de limpieza de las dependencias escolares), que siguen a la gresca ante la huelga. Así, le han escrito a la consejera María del Mar Moreno “para que en virtud de las leyes, garantice la escolarización de nuestros hijos e hijas. Para tal fin le pedimos que promueva dentro del gobierno de la Junta de Andalucía o cualquier otra administración, cuantas actuaciones sean necesarias para que se reanuden las clases en las aulas cerradas y evite nuevas clausuras”. La Flampa también ha asegurado en su comunicado, que “solicitaremos una reunión para trasladarle personalmente la preocupación que nos supone la situación actual”. Y también han expresado su malestar al Ayuntamiento a través de una solicitud en la que piden a María José García-Pelayo que “haga el esfuerzo extraordinario que sea necesario para poner fin al conflicto laboral que ha sido origen de esta situación, por entender que es de su competencia”.
Aseguran que esta situación es “un incumplimiento del derecho a la Educación de los 680 niños de 28 aulas afectados por los cierres desde el lunes”. “Es del todo inadmisible la desvergüenza de cuanto está aconteciendo con este asunto. Una vez más los ciudadanos vemos cómo la clase política ningunea nuestros derechos en beneficio propio”, aseguran. El comunicado, firmado por la presidenta de la Flampa, Rosa Saborido, continúa diciendo que “asistimos a un espectáculo de payasos que creen entretenernos con sus declaraciones, que no son más que juegos de malabares con los que intentan distraernos”. Citan así varias cuestiones, como que “no se considere la situación de emergencia pero se cierran aulas” y que “para eludir responsabilidades se hacen declaraciones informando que no se cierran aulas por la huelga, sino por la insalubridad de las mismas”.
Critican, igualmente, la insuficiencia de los servicios mínimos. “Es puro desprecio al ciudadano, ¿ni siquiera los niños son merecedores de respeto?”, se preguntan.
“Sinvergüenza”
La Flampa no se ha mordido la lengua y ha asegurado que “quien teniendo responsabilidad en ello, mira impasible cómo se cierran aulas, solo cabe decir que no tiene vergüenza, o lo que es lo mismo; que es un/a sinvergüenza. Ya está bien de reírse de los ciudadanos, no todo vale”.
Además de las peticiones a las autoridades, el colectivo ha solicitado “a los directores de los centros educativos afectados por el cierre de aulas la posibilidad de reubicar al alumnado en tanto en cuanto las administraciones implicadas no solucionan este problema para evitar las consecuencias de la inasistencia a clase”. Por último, hacen un llamamiento a las Ampas de cada centro escolar a que “convoquen Consejos Escolares Extraordinarios en los que tras analizar la situación en sus respectivos
colegios, se acuerde trasladar informe de la misma y reclamar a la Consejería de Educación su intervención para que garantice el derecho de nuestros hijos a la Educación. Consideramos necesario que las comunidades educativas de los distintos centros escolares se impliquen directamente en el problema”.
A este respecto, hay que decir que algunas asociaciones de padres y madres -como la del colegio Manuel de Falla- ya han tomado decisiones al respecto y nse manifiestan este lunes a las 9,00 con una sonora cacerolada en las puertas del centro, uno de los afectados por el cierre.