María tiene diagnosticada fibromialgia. Aunque pertenece a la Seguridad Social, esta jerezana ha tenido que rascarse el bolsillo y acudir a un médico privado para conseguir un rápido diagnóstico y con él un tratamiento que contribuya a mitigar, al menos en parte, los dolores que padece. Desde estas líneas, ha querido denunciar que lleva en lista de espera para ser atendida en el SAS nada menos que ocho meses. “Cuando una persona acude al reumatólogo es porque tiene dolores constantes. En mi caso, la fibromialgia consiste en dolores generalizados articulares que no ceden con reposo, como ha determinado el especialista. Nadie con ese cuadro clínico puede esperar ocho meses para una cita médica”.
El periplo de María comenzó en marzo, como ella misma ha documentado con los correspondientes informes, cuando presa de estas molestias acudió a su centro de salud para pedir cita con el reumatólogo. En ese momento le comentaron que “la lista estaba cerrada”, y se comprometieron a avisarle al cabo de un mes. Como no recibió noticias, la paciente volvió a presentarse en el ambulatorio a finales de abril y nuevamente en mayo, recibiendo la misma respuesta: que la lista estaba cerrada y que, como se avecinaban las vacaciones de verano, ya tendría que esperar a septiembre. La primera semana del citado mes, por fin, logró cita para octubre.
“Yo estaba ya tan contenta, cuando a principios de octubre recibí una carta en la que me posponían la cita a mediados de noviembre. Lo curioso es que en los informes aparece como que yo la he pedido en septiembre, cuando llevo solicitándola desde marzo”. Como han explicado profesionales consultados por la paciente, la cuestión radica en que por ley, si la Seguridad Social tarda más de dos meses en atender a un usuario éste tiene derecho a que le abonen un médico privado, algo que obviamente el sistema no se puede permitir. “Me parece una vergüenza todo lo que ha pasado. Las listas cerradas, las demoras, el engaño… Yo me he podido pagar un especialista, pero cuánta gente habrá que no haya podido hacerlo”.
Para más inri, esta denunciante decidió interponer una queja directamente en el Hospital, y cuál fue su sorpresa cuando fue abordada por una auxiliar que “me dijo que allí estaban desbordados, y lo que teníamos que hacer era acudir a los periódicos a destapar la realidad”. Desafortunadamente, éste es solo un ejemplo de los múltiples que se pueden encontrar a diario. Los sindicatos se quejan de falta de medios y de personal y los pacientes de atención insuficiente, mientras el sistema se queda más y más raquítico sin que se vislumbre una solución, al menos a corto plazo.
Estos son lo recortes del PP. Tenemos unos gobernantes tan iluminados que no vamos a poder ni ponernos enfermos ¡vamos!. Recortan en sanidad, en educacion, en derechos fundamentales …. ¡Como nos vamos a arrepentir de esta mayoria absoluta!.