Luce nuevo, inmaculado y, desgraciadamente, sin uso. El nuevo centro de barrio de Cuartillos lleva un año poniendo los dientes largos a los vecinos, que lo ven todos los días y no lo pueden utilizar. Las instalaciones, situadas en la calle trasera del colegio, están incluso amuebladas y lo único que le falta es el alta en el suministro de luz y agua.
“Lleva terminado un año y aún no se ha inaugurado”, explica el presidente de la asociación de vecinos La Esperanza, José Barriga. La obra, que se ejecutó con cargo al Plan Proteja de 2010, tuvo un presupuesto de 400.000 euros que todavía no han tenido su efecto en el movimiento asociativo vecinal.
Mientras el Ayuntamiento se demora en la resolución del problema, los vecinos siguen compartiendo el viejo local de la asociación, situado justo enfrente, que no cuenta con ciertas condiciones como la climatización adecuada para las personas mayores.