Esteban Vigo conoce perfectamente al FC Barcelona. Ha vivido de primera mano su filosofía de fútbol y la ha practicado tanto como jugador como de entrenador. Por eso no le pillará por sorpresa la forma de jugar del Barça B en el Miniestadi y es más que probable que recupere el sistema 4-1-4-1 que ha utilizado en diversos partidos fuera de casa. De hecho, Tati Maldonado ya ha explicado que la idea de los xerecistas en Barcelona será ”estar juntitos en el centro, dejarles las bandas y que sea un partido de 0-1. Los filiales son equipos que se suelen romper mucho y son muy alegres. Esto da opción a que se vean partidos con muchos goles porque ellos atacan mucho y dejan muchos espacios a sus espaldas. Pero nosotros no queremos ese partido. Lo que pretendemos es estar bien juntitos y bien replegados porque somos conscientes de que el filial juega casi como el primer equipo y nosotros sabemos cómo hay que jugar ante estas situaciones. No queremos que haya más goles. Ellos intentarán lo contrario por lo que debemos estar muy serios en defensa, tapar mucho el centro y luego saber aprovechar las ocasiones que tengamos”.
En teoría ese trivote central lo formarán Keita, Bruno Herrero y Lucas Porcar, por lo que ha Maldonado le tocará repetir en el banquillo. Esta situación no le gusta nada al jugador isleño, pero sabe perfectamente los motivos que le han llevado a la suplencia: “Lo fundamental es que no estamos haciendo goles los jugadores de arriba y puede ser motivo para que el míster intentar cambiar buscando que se dé la vuelta en ese sentido. Yo también tengo que hacer autocrítica y quizás tengo que entrenar mejor y participar más en los partidos. Siempre que el entrenador deja de contar contigo para el once es porque algo no estás haciendo bien. No me queda otra cosa que trabajar. En este caso, es Lucas (Porcar) el que está jugando en mi posición y lo cierto es que el chaval ha sabido esperar también. El míster entiende ahora que es él quien tiene que jugar y yo esperar. No hay ningún problema”.
Que lo entienda, no quiere decir que le guste, y por eso reconoce que “le duele estar fuera del once. Estoy entrando en la segunda parte, pero muy poco tiempo. Tuve cinco minutos en el último partido y siete u ocho en el anterior. Para mí eso es jodido porque lo que quiero es jugar y voy a intentar que esto cambie”.