Los jerezanos que frecuentan la cuesta de San Telmo, el centro cívico y sus inmediaciones tienen desde primeros de año unos compañeros de lo más molestos: las orugas. Una plaga de estas procesionarias ha tomado la zona y los vecinos ya lo han puesto en conocimiento de los responsables de medio ambiente para que actúen de inmediato.
“El solo contacto con ellas puede producir dermatitis, lesiones oculares y alergias y si los síntomas no desaparecen se puede convertir en una emergencia médica”, explica el vecino que ha enviado el escrito al Ayuntamiento, Óscar Cosano, hace ya más de diez días. “Sus pelos vuelan por el aire y puede afectar a niños, adultos y animales domésticos”, insiste, advirtiendo a los alérgicos que vivan en la zona que eviten el paso por las mencionadas vías. “Cada procesionaria contiene 500.000 tricomas,que son como dardos o flechas envenenadas que recubren su cuerpo y que sueltan cuando se sienten amenazadas”, añade.
“Los pinares de la cuesta están invadidos de los nidos de estas orugas, que son como bolsas blancas”, explica Cosano, asegurando que cada día el número de estos insectos va en aumento. Los vecinos reclaman que Medio Ambiente actué ya que tienen la denuncia vecinal desde el 9 de enero.