El caso del robo del Palacio del Oro ha dado un nuevo giro a raíz de la denuncia interpuesta por el propietario del establecimiento, que solicita que se extienda la imputación no solo a la trabajadora que supuestamente simuló haber sido víctima de un secuestro mientras saqueaban el local, sino también a todas las personas que lo vaciaron y que adquirieron de forma presuntamente ilícita la mercancía. En total, se trata de tres mujeres y cinco hombres sobre los que el abogado del perjudicado solicita que se investigue para determinar a cuál de ellos podrían imputársele los presuntos delitos de robo y receptación.
De esta forma, la acusación particular no daría credibilidad al testimonio de los dos conocidos empresarios que se presentaron de forma voluntaria en Comisaría poco tiempo después del robo, para asegurar que ellos habían adquirido parte de la mercancía e incluso habían contratado a varias personas para que se la llevaran del negocio, sin sospechar que se tratara de nada irregular. Así lo ha sabido este medio por fuentes del caso, que han explicado que fue uno de los empresarios el que contactó con la única imputada hasta la fecha para comprar el valioso mobiliario del Palacio del Oro, y su socio se encargó de contratar a cuatro personas que durante varias noches seguidas desmantelaron el establecimiento.
El otro empresario implicado declaró en Comisaría que él fue quien les prestó una furgoneta para trasladar la mercancía a una de sus naves, tras cerrar un acuerdo con la trabajadora por el que ésta le vendía una buena parte a cambio de unos 12.000 euros, 15 caballos, 5 halcones y 6.000 kilos de aceitunas. Un precio que estaría muy lejos del valor real del material presuntamente sustraído, fijado en casi un millón de euros. Ahora tendrá que ser el juez el que se pronuncie, abriendo las correspondientes diligencias para dilucidar a quién y qué delitos se imputarán con vistas a la celebración del juicio.