Las ruedas de prensa post-partido le valen a Carlos Ríos de desahogo. El entrenador del Xerez volvía a comparecer ante los medios tras una nueva derrota. En el primer análisis del duelo ante la Ponferradina, el míster dijo que habían regalado “cuarenta y cinco minutos. Ellos han entrado mucho mejor en el partido y hemos encajado dos goles infantiles. Jugadas a balón parado que nos han costado esos tantos. A raíz del gol nuestro sí empezamos a creer en la posibilidad de remontar, pero las expulsiones ha marcado el partido. Lo hemos intentado, pero hemos tirado 45 minutos”.Sobre las expulsiones, de la de Mendoza comenta que “no escucho que Jesús le diga nada. No está justificado porque estamos con diez, pero su expulsión viene precedida de la primera tarjeta y la expulsión me parece injusta. Cuando uno está como está, parece que todo se pone en contra. La primera expulsión llega cuando el equipo mejor estaba”. Pese a todo, Carlos Ríos y sus jugadores dicen que “no van a perder la fe. Cada semana la cosa se pone más difícil, pero nos tenemos que quedar con la reacción del equipo, tras ir perdiendo cero a dos y con lo que llevan los jugadores encima. Lo que pasa que esto no vale para nada, porque no sumas ningún punto. No arrojo la toalla, eso nunca. Reconozco que queda una jornada menos, volvemos a perder y la situación es más difícil, pero la toalla nunca la voy a arrojar. Eso es algo que hacen los cobardes, los que no tienen capacidad de reaccionar, la gente mediocre y por lo tanto yo, ni espero que tampoco mis jugadores, nunca arrojen la toalla”.
Y de la afición ningún reproche: “Es difícil animar después de lo que llevamos pasado y la afición tampoco da muestras de arrojar la toalla. De este partido tenemos que aprender y sacar nuestro orgullo. El próximo partido que juguemos aquí esto tiene que ser el infierno… Porque cuando más herido estás, más daño tienes y vienen y te pisan la cabeza, algo tienes que hacer. Hay que defenderse, y si no vale para nada, que no sirva, pero al menos es para decir que aquí estamos nosotros. Nadie va a venir a torearnos ni a pisotearnos. Hay que morir matando”. No quiso echar las culpas de la derrota al árbitro, pero sí indicó que “cuando mejor estábamos y nos ha expulsado a los jugadores, ha perjudicado seguro. Pero no quiero justificar la derrota. Nosotros habremos hecho cosas mal y ellos bien, y el marcador ya no se mueve”.
“Lo que digo es que hay que defender lo nuestro. A veces el orgullo hay que sacarlo y aunque no sirva de nada, es necesario que se sepa que estamos ahí. Podría decir más cosas, pero seguro que si no salgo en todos los zapping. Ya no hablo solo de fútbol, como andaluz va siendo hora de defender lo nuestro y lo tenemos bien puestos”, concluyó.