Primero fue Chema el que levantó la voz y ahora es Bruno Herrero el que no se muerde la lengua a la hora de denunciar los impagos que está sufriendo la plantilla del Xerez. El medio centro jerezano ha sido protagonista en las ondas afirmando que hace tiempo que ningún dirigente de la entidad les informa de la situación. Los jugadores afirman no cobrar desde hacer tres meses, por lo que reclaman cierta claridad sobre lo que va a suceder con sus nóminas.
El problema es que el aspecto institucional del Xerez es una enrevesada maneja de lana. Cuando parece que se ha solucionado un lío, todavía restan muchos más y ahora son infinitos los frentes abiertos. La Seguridad Social, Hacienda, los embargos de Mediapro, Energy, la venta de las acciones de Joaquín Morales… la lista es demasiado larga y no parece que el impago a los futbolistas sea una de las prioridades. De hecho, y como denuncia la plantilla, desde hace tiempo nadie les da una explicación.
El problema es que al, más que probable, descenso deportivo se puede unir un descenso administrativo provocado por las denuncias en bloque de los jugadores al término de la campaña. Para ello restan unos dos meses, que pueden ser fundamentales, para conocer el futuro inmediato del Xerez Club Deportivo SA.