Jesús Mendoza ha estallado. Agobiado por la situación deportiva y agotado por los problemas institucionales, el jerezano parece haber decidido tirar la toalla e incluso apunta que podría estar “viviendo el último año en el Xerez”. Y es que Jesús tiene muy claro que con los actuales directivos no va a seguir, “y con Energy menos todavía”.
¿Los motivos? Poco tienen que ver con la edad del capitán azulino, y sí mucho con la situación institucional de la entidad: “Esto es un desastre. Cuando la situación deportivo ha fallado ha salido a relucir la incapacidad de los dirigentes para conducir un equipo de la liga profesional. Ellos se están cargando esto. En lo deportivo se puede fallar una temporada porque le pasa a todos los equipos. Pero lo que han hecho y lo que están haciendo llega a un límite que por algún lado tiene que estallar. A ver qué sucede porque nosotros no sabemos nada. Estamos agobiado y la ruina deportiva no ayuda. Somos los máximos culpables. La verdad es que es una pena que se vaya a acabar esta década tan bonita para todos. Estar en Primera División no ha servido para nada. Todo esto es muy duro”.
Mendonza piensa que “si el equipo hubiera logrado la salvación no estaríamos así, pero durante todos estos años los éxitos deportivos han tapado el tema institucional, pero como se ha fallado esta vez pues se está demostrando la incapacidad para liderar un club importante como el Xerez. La afición está cansada por todo. Se está viviendo una situación de abandono total. Esto tiene toda la pinta de que va a desaparecer. La Fundación y la Plataforma están luchando, pero por lo que se ve no les dejan”.
Los problemas de los servicios médicos xerecistas para adquirir su material de trabajo, han sido la gota que ha hecho rebosar el vaso: “El director general comunicó que no había dinero para pagar el material médico. Eso se puso en la pizarra y nosotros decidimos poner dinero para comprarlo”.
Pero lo que más le duele al capitán azulino es que nadie da la cara: “Nosotros asumimos la culpa del tema deportivo, pero ellos también deberían dar un paso al frente y reconocer que son un desastre. Lo que pasa es que aquí todo el mundo lanza balones fuera. En la vida hay que tener lo que hay que tener para reconocer los errores”.