Noticia de 24 junio, 2013 - 9:05. Tags: azucarera, caida, campaña, el portal, fábrica, inicio, jerez, producción, remolacha
Muy lejos han quedado esos tiempos en los que unos 4.000 agricultores remolacheros sembraban en la provincia de Cádiz unas 30.000 hectáreas. En aquel entonces este era por definición un cultivo social del que dependían unos 2.300 empleos directos y 4.000 indirectos en toda Andalucía, que alimentaba a nada menos que dos fábricas en Jerez (la de El Portal, que es la que sobrevive, y la de Guadalcacín), además de otra en Jédula y otra más muy cerca, en San José de la Rinconada.
Hoy, cuando echa a andar la nueva campaña de la remolacha en la zona sur de España, las cifras demuestran con toda su crudeza que las políticas comunitarias le han hecho un muy escaso favor a este cultivo, ya que la previsión que hay es de un descenso de la producción próximo al 40 por ciento.
Así lo ha explicado el presidente del Grupo Remolachero de Cádiz, José Manuel Díez, que resalta que la azucarera del Guadalete -la única que funciona ya en Andalucía- iniciará hoy una campaña que se estima se prolongue durante 40 días, lo que situaría su cierre en el 4 de agosto. Será una de las más cortas.
La previsión es que la producción final ronde las 300.000 toneladas, frente a las 525.000 con las que se cerró la pasada campaña. Y a esa estimación se llega al analizar el notable descenso de la superficie cultivada en las dos provincias productoras -Sevilla y Cádiz-, que ha pasado de 7.500 a 4.500 hectáreas.
A esta reducción de la siembra han empujado factores como la congelación del precio que recibe el agricultor, que se mantiene en 46 euros por tonelada incluidas las ayudas a las que tiene derecho el sector, lo que da escasos márgenes. Y lo peor de todo es que este precio puede bajar más si desaparecen las ayudas agroambientales de la Junta de Andalucía. Eso sin olvidar que Bruselas podría decidir que las cuotas a este cultivo desaparezcan en 2015.
Tampoco han beneficiado al cultivo las fuertes lluvias que se registraron el pasado otoño. Y es que la singularidad que ha marcado la campaña desde el punto de vista meteorológico provoca que existan dudas sobre la calidad final de la cosecha.
Así, desde el Grupo Remolachero de Cádiz aseguran que el fruto que se sembró a principios de octubre -antes de que llegaran las lluvias- se encuentra en bastante buen estado.
No se puede decir lo mismo de la remolacha que se sembró en diciembre, que no ha terminado todavía de madurar y que será la última que entre en la azucarera de Guadalete, a finales del próximo julio, ya que es entonces cuando se espera que pueda alcanzar un grado de maduración óptimo.
Desde hoy, la factoría jerezana molturará remolacha las 24 horas del día, a una media aproximada de 7.000 toneladas cada jornada.