Con demasiada frecuencia no vemos a las personas como son sino como somos nosotros. Una joven y activa mujer manifestaba unos claros síntomas de estrés. El médico le recetó unos tranquilizantes y le dijo que volviera al cabo de unos días. Cuando volvió, el médico le preguntó si había notado algún cambio. Y ella respondió muy segura que no. Aunque seguidamente añadió: “Lo que sí he observado es que los demás parecen más relajados”.
Esta corta historia me sirve como ejemplo para intentar comprender, algo bastante complicado por cierto, al señor ministro Montoro a raíz de sus últimas y controvertidas declaraciones. Pero me sirve sobre todo para que nos cercioremos de que no vive en nuestra sociedad, de que no vive la realidad que todos vivimos. Vive en su “mundo”, el cual no coincide en nada con el mundo que sufre una mayoría amplísima de españoles.
La semana pasada nos desayunamos el siguiente titular de prensa: El Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, mantiene que en España “los salarios no están bajando”. El señor ministro, con su habitual prepotencia e incluso tono chulesco, considera que lo que está produciéndose es una “moderación de las subidas”. Siento indignación, estupor y rabia.
En los últimos meses, desde el Gobierno central se nos está tratando de convencer de que hay una mejoría en los datos económicos del país. La prima de riesgo ha bajado, el IBEX 35 crece y se acerca a los 10.000 puntos… Datos macroeconómicos que en poco o en nada afectan al día a día de los ciudadanos.
Nuestra realidad, la de la gente de a pie, es bien distinta. Después de que las cifras del paro se hayan contenido en los últimos meses debido a la estacionalidad, se nos avecina otro otoño-invierno muy complicado. Con el carro de la compra cada vez más vacío, no se atisban oportunidades laborales para los millones de parados, muchos de ellos miles y miles de nuestros jóvenes. Y nadie del Gobierno es capaz de definir cuál será el modelo productivo que arroje luz al final del túnel.
Leía hace unos días los datos que el observatorio de Cáritas ha publicado, en los que se revela que en 2012, 600.000 hogares no tenían ningún tipo de ingresos. El 60% de los hogares está bajo el umbral de la pobreza, y un 38,9% de los hogares monoparentales son pobres. Más del 60% de los hogares tuvieron dificultades para llegar a fin de mes, y el 12,7% tuvo mucha dificultad. Además el año pasado se realizaron 30.000 ejecuciones hipotecarias de primera vivienda.
Según recoge el Instituto Nacional de Estadística, los salarios sí están bajando. En el segundo trimestre, el coste salarial por trabajador y mes disminuyó un 0,6% respecto al mismo periodo del año anterior. En total, han sido ya tres trimestres consecutivos los que han mostrado una caída de los costes salariales. Todo ello, sin contar la inflación, que supone una pérdida adicional de poder adquisitivo, y la subida del IVA y demás impuestos.
Puedo llegar a entender que el Partido Popular intente, aunque difícilmente lo consiga, defender sus políticas económicas, pero lo que no me entra en la cabeza es que se le falte el respeto al ciudadano, que bastante mal lo está pasando debido a sus políticas salvajes de recortes y ajustes. Utilizando la historia inicial, solamente me cabe concluir que, dentro de su propia realidad, precisamente habrá sido el salario del señor Montoro el que no habrá bajado durante los últimos meses. Más concretamente desde que accedió al cargo de ministro.
Rocío Montero. Portavoz municipal de Foro Ciudadano de Jerez