El flamenco ha estado presente siempre en las instituciones públicas andaluzas. Desde 1994, además, goza de una compañía propia, la entonces llamada Compañía Andaluza de Danza que, bajo la tutela de los más grandes coreógrafos, ha paseado el arte jondo por numerosos escenarios nacionales e internacionales. En 2004, pasa a denominarse Ballet Flamenco de Andalucía, un estandarte de la cultura andaluza, del arte jondo y de los valores y el sentir de un pueblo que seguirá hilando nuestro arte más representativo allí donde lleguen los pasos del baile flamenco. Y este viernes por la noche, a partir de las 21.00 horas, lo hará en las tablas del Teatro Villamarta bajo la dirección de Rafaela Carrasco.
El Ballet Flamenco de Andalucía es el máximo representante institucional de arte jondo, que ha ejercido de embajador del flamenco desde su creación hace ahora 19 años. En este tiempo se ha convertido en el mejor medio para abrir nuevos mercados para el flamenco, ha pasado por escenarios de todo el mundo y formado parte de las agendas culturales de países como Estados Unidos, Argentina, Cuba, Francia, Italia, Hungría, Suiza, México (75 aniversario del Teatro Diana en Guadalajara entre otros); citas internacionales como la Exposición Aichi, en Japón y la participación en los Festivales de New York y Londres. Las producciones llevadas a cabo en este tiempo han llegado a lugares remotos pero también han estado presentes en escenarios andaluces. El Ballet Flamenco de Andalucía ha estado presente en seis temporadas del ciclo Lorca y Granada en los Jardines del Generalife con varias producciones basadas en obras del poeta granadino que después han girado por los principales espacio escénicos nacionales e internacionales.
Los 19 años de historia del Ballet vienen jalonados de diferentes reconocimientos, no sólo de público y crítica, sino también de especialistas en artes escénicas. De este modo, ha recibido el Premio Nacional de Coreografía, por el montaje dirigido por María Pagés El Perro Andaluz y varias coreografías de Cristina Hoyos en su etapa como directora, han sido nominadas a los premios Max de Teatro. Entre ellas, destaca Yerma, que recibió el Premio Max como Mejor Intérprete Femenina de Danza a Cristina Hoyos; o Romancero Gitano, que se convirtió en el espectáculo más visto en 2006. La compañía ha sido una inagotable cantera de talentos, de la que han salido figuras del baile actual como Israel Galván, Isabel Bayón, Rafael Campallo, Belén Maya, Fernando Romero, Mercedes Ruiz, María José Franco, Juan José Jaén ‘El Junco’, Patricia Guerrero, o la actual coreógrafa, Rafaela Carrasco, entre otros. Todo ello le han llevado a convertirse en una compañía de referencia cuya producción ha calado entre el público nacional y el público extranjero, y ha fomentado un creciente interés por lo jondo en todo el mundo.
El Concurso de Cante Jondo celebrado en Granada en 1922 es sin duda un acontecimiento relevante en la historia del flamenco y que marcaría un antes y un después para este arte. El certamen, celebrado en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra, fue el primero de cante flamenco de ámbito nacional que se celebraba. Liderado por Manuel de Falla, seguido de Zuloaga, el concurso contó con el impulso de un joven Federico García Lorca y una larga lista de personajes pertenecientes a la intelectualidad de la época. En él se dieron cita no sólo intelectuales españoles sino también personajes influyentes de la escena cultural europea con el propósito de poner de manifiesto la riqueza del arte flamenco, dignificarlo y otorgarle a este arte el reconocimiento cultural que conllevara una preocupación por su renacimiento, conservación y difusión, poniéndolo a la altura de las otras artes consideradas cultas en la época. El jurado estaba presidido por Antonio Chacón y el premio recayó en Diego Bermúdez Cala ‘El Tenazas’, teniendo una mención especial del jurado el entonces adolescente Manolo Caracol. En la memoria del cante: 1922 es un homenaje a las figuras que allí se dieron cita para ensalzar el cante jondo y que hicieron posible la continuidad de este arte tan andaluz, muestra genuina de nuestra identidad.
El espectáculo consiste en una reflexión de aquel hito del flamenco 90 años después, otorgándole bajo un prisma personal, la visión de lo que allí aconteció y lo que para el flamenco supuso. A lo largo de una hora y cuarto de espectáculo se homenajea a los artistas que marcaron aquel momento crucial para el flamenco, recuperando cantes y piezas de las que fue testigo la Plaza de los Aljibes. Así, se recupera la soleá de ‘El Tenazas’, la seguiriya de Manuel Torre, la toná de Caracol, la saeta de la Niña de los Peines o la música de Falla. En las coreografías se juega incorporando parte de las grabaciones originales que de la época se conservan pero añadiendo elementos que hacen de este espectáculo una visión personal y contemporánea.