Un total de 27 médicos colegiados de la provincia denunciaron haber sido víctimas de una agresión física o verbal en el ejercicio de su labor asistencial por parte de pacientes y familiares o acompañantes de pacientes en el año 2013. Esta cifra es similar a los datos registrados en 2012 en que se contabilizaron 26 episodios violentos.
Desde el Colegio de Médicos, se valora positivamente la línea descendente que las agresiones a médicos vienen experimentado en estos dos últimos años en relación a años anteriores (de 40 casos en 2008 a 33 casos en 2011 hasta los 27 de 2013), tendencia que también se aprecia a nivel nacional y que se interpreta como fruto de la labor que viene desarrollando el Observatorio de Agresiones del Consejo General de Colegios de Médicos. La publicación de las cifras se debe a la celebración del Día Nacional contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario.
El 56% de las agresiones tuvo lugar en el ámbito de la atención primaria de salud, bien en consultas programadas o en urgencias extrahospitalarias, mientras que el 27% se dio en hospitales y urgencias hospitalarias. El tiempo en ser atendido, las discrepancias en la atención médica o no recetar el medicamento propuesto por el paciente siguen siendo las causas más frecuentes de agresión. Mujeres y hombres aportan el mismo número de casos a la estadística sin que se aprecie distinción en cuanto a sexo del médico agredido. En cuanto a la tipología del agresor, en el 34% de los casos era paciente programado, el 25% familiar del paciente y también el 25% paciente no programado. El perfil por edad del agresor no se ajusta a ningún patrón más allá de que está comprendido sobre todo en una franja entre los 36 y los 55 años, a la vista de los casos declarados durante el pasado año. Del total de médicos agredidos, el 18% sufrió lesiones y el 9% derivó en baja laboral. Se produjo denuncia en el 68% de los casos.
Estos son los primeros datos cuantitativos que se desprenden del registro nacional de agresiones a médicos elaborado por el Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial a partir de las estadísticas elaboradas por los Colegios de Médicos y que han sido presentados en Madrid coincidiendo.
Desde los Colegios de Médicos se considera que hay que seguir avanzando para lograr que las autoridades judiciales unifiquen criterios y tipifiquen cualquier agresión como delito de atentado. Se hace necesario además un cambio legislativo urgente para que no se establezcan diferencias ni agravios comparativos entre las agresiones que se dan en el ámbito público o privado del profesional sino que todas tengan la consideración de producirse en el ejercicio de un acto médico.
El Colegio de Médicos viene insistiendo en la importancia que tiene que el médico denuncie la agresión, de seguir promoviendo una mayor conciencia social sobre las repercusiones que para toda la comunidad tiene el hecho de que un profesional que vela por la salud individual y colectiva sea agredido. Esta institución tiene articulados mecanismos específicos para facilitar asesoramiento y asistencia jurídica en caso de amenazas y agresiones a colegiados de la provincia.