La fotogénica presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, alaba las políticas de la Junta en materia de sanidad, llegando a afirmar que en Andalucía la sanidad se encuentra blindada. Esta afirmación no coincide con la realidad. Está a la vista de todos. Es más, lo sufrimos los jerezanos. Por ello que me gustaría que Doña Susana explicara que entiende ella por blindar la sanidad en nuestra comunidad autónoma, y que se lo explicara a los jóvenes que acaban de terminar su carrera universitaria tras años de esfuerzos. Jóvenes que ven cómo se les aprecia mejor en otros países de Europa, países a los que se ven obligados a irse porque lo que se ofrece en su propia comunidad autónoma es un auténtico despropósito. Y esto es así porque en Andalucía no se convocan unas oposiciones desde el año 2007, y porque los contratos que se han realizado hasta ahora para trabajar en hospitales y centros de salud públicos en Andalucía son al 75% de sueldo, siendo la inmensa mayoría de ellos contratos eventuales, algunos de los cuales se van encadenando año tras año. Esta circunstancia pudiera incurrir, incluso, en un fraude de ley, algo que chirría un poco con una presidenta que enarbola la bandera de única defensora en el planeta de los derechos de los trabajadores.
A todos ellos les debería explicar la presidenta de la Junta qué entiende ella por blindar la sanidad, si al afirmar eso se está refiriendo a minar de inestabilidad y desánimo el sector sanitario andaluz, avocando a los nuevos contratados, la mayoría de ellos jóvenes que acaban de acabar su carrera, a desconocer su futuro laboral próximo, puesto que les contratan cuatro meses para trabajar en un municipio al cabo de los cuales puede ser que ya no tengan un puesto en esa localidad y tengan que trabajar en otra localidad, quizás lejana o, directamente, no puedan trabajar.
Blindar la sanidad, como he dicho también, debe ser no convocar unas oposiciones desde hace siete años y anunciar unas hipotéticas para este año, en el que tan sólo se ofertarán 35 plazas para toda Andalucía, siendo siete las plazas que le corresponderán a Cádiz.
Blindar la sanidad para la señora Díaz, es no abrir un nuevo hospital en Cádiz desde el año 1991, llevando a la saturación a los actuales, a la vez que mantiene una faraónica administración paralela en el SAS.
Blindar la sanidad debe ser empeorar con creces el servicio sanitario en Andalucía, puesto que servicios que antes tardaban días ahora tardan semanas, como es el caso de citología, radiografía no urgente y analíticas.
Blindar la sanidad debe ser también tener nuevos centros de salud cerrados a cal y canto, mientras se pagan incluso 100.000 euros anuales en alquileres, como es el caso de Montealegre y Madre de Dios en Jerez, o tener hospitales abandonados como el de La Línea, todo ello conviviendo con unos cupos de habitantes por médico que superan de manera considerable las recomendaciones internacionales.
No sé bien qué entiende la señora presidenta de Andalucía por blindar la sanidad, pero desde luego no significa ni protegerla, ni dignificar la situación de los trabajadores sanitarios, ni mantener la calidad de los servicios, blindar la sanidad es lo que día a día hacen los profesionales de la sanidad, pese a las condiciones en las que trabajan con la magnífica formación que tienen y su gran dedicación, por tanto señora Díaz revise el significado de la palabra blindar porque la está confundiendo con la palabra destruir.