La hermandad de la Soledad dio ayer uno de esos pasos históricos que quedan, o deben quedar, grabados en la memoria de la corporación. 450 años cumplió ayer la cofradía de la Porvera, y lo celebró con una eucaristía presidida por el sacerdote redentorista Francisco Tejerizo.
Con una homilía antológica, el sacerdote desgranó las virtudes de la Soledad de María, con un lenguaje cercano y amable que caló profundamente en el ánimo de cuantos se acercaron hasta la Victoria. La Soledad, vestida de reina, esperó el momento en el que el hermano mayor, Álvaro de la Calle, dio lectura del primer folio que contendrá el expediente de coronación canónica de la Soledad. El dirigente, desde el altar mayor, contempló la belleza de la advocación de la Virgen de la Soledad, su historia y devoción, para acabar entregando la primera pasta de los volúmenes del expediente que se presentará en el Obispado una vez culminado al promotor de la causa, Borja Alfaro.
Se ha dado el primer paso, por tanto, en el día que la hermandad cumplía 450 años. Así lo quisieron sus hermanos, y así se cumplió ayer. La coronación canónica de la Soledad, el sueño anhelado de muchos hermanos, está desde ayer, un día más cerca.