La rueda de prensa de despedida de Carlos Orúe era más que esperaba desde la destitución del veterano técnico jerezano del Xerez DFC. Orúe se despidió ayer en la que sería su “última comparecencia como entrenador” y lo hizo cargando contra el club, algunos futbolistas y Pedro Ruiz, el director deportivo.

El ya extécnico del Xerez DFC avanzaba que ” hace tres meses anuncié que no iba a estar en este proyecto. Se lo dije a los técnicos, a muchos futbolistas y se lo dejé entrever a algunos amigos. Los tres motivos que acompañaban a esta decisión era la falta de confianza entre el director deportivo y el cuadro técnico, el segundo, que ya le dije a los futbolistas que en un club tan transparente como éste habíamos hecho una farsa durante un año y que en el segundo no iba a ser cómplice de esta situación y el tercero, problemas de salud que no sabía cómo iban a terminar”.

Orúe relata los “episodios” de su salida del club, empezando en plena pretemporada: ” Era muy exigente y dura tanto en calidad como en cantidad, con cinco partidos ante rivales de superior categoría, y se nos dice que sería importante lograr buenos resultados porque la captación de socios era vital”.En segundo lugar, el tema de los vídeos y las exigencias del propio Orúe: ” Se me dice delante de mi cuerpo técnico que no podemos armar escándalos, que este equipo está mirado con lupa y que al final de temporada hablaríamos. También comenzó a saltar un rumor en el vestuario, el entrenador de este año sería Pendín. En ese momento, no le di credibilidad”.

A renglón seguido, Ruiz fue el foco de atención. “La ruptura total se produce antes del partido del Espera, en el que podíamos ascender. Hacer la lista era una patata caliente porque todos querían estar. Tenemos una reunión, en la que le damos las quejas por la cena, y en la que se habló de lo que se comentaba del nuevo técnico, y también, sale el tema de la convocatoria. Yo ya había dicho que me iba a ir, por eso, no entiendo a qué viene este gustazo de echar al entrenador, igual a alguien le interesaba que me echaran los futbolistas y luego los directivos. Si se va el entrenador, igual tiene que dar explicaciones y no interesa. En la reunión, se comenta que yo no he pedido a Barberá y que como es el último en llegar se queda fuera y también un jugador que llegó en pretemporada y al que yo no quiero (Biri). Me niego rotundamente porque como jugador es muy bueno pero no entra en lo que yo quiero, en el trabajo solidario de mi equipo. A la hora de hablar de los dos jugadores que se van a quedar fuera, este señor me insinúa que se tienen que quedar fuera otros. Me dice que es que se me va a echar todo el mundo encima y que los jugadores piensan igual”.

Por último, defendió a “los profesionales de la casa que no están valorados. Interesa gente que esté debajo del ala y les ha salido un grano con 63 años. Aquí hay jugadores que querían jugar pachangas y este es un club de pachanga, que es lo que algunos quieren que sea. Hay veteranos con muchos amigos, pues que jueguen con ellos, así de claro. El que piensa que esto es una balsa de aceite, se equivoca”