El coronavirus es el protagonista absoluto durante estas últimas semanas. La pandemia que ha puesto en jaque a numerosos países y a economías de medio planeta, ha provocado en España un frenazo en seco a la actividad económica no esencial tras las medidas de contención aplicadas por el Gobierno. Como nuestro país, otros muchos han tenido que actuar rápidamente para evitar que la enfermedad se propague hasta alcanzar niveles realmente preocupantes.

Italia, Alemania, Francia y otros tantos compañeros europeos han abordado esta situación de muchas formas distintas tanto en lo social como en lo económico. Si bien todas han seguido un patrón más o menos similar en cuanto a la población, obligando al confinamiento y al cierre de negocios temporalmente para evitar más contagios, los caminos seguidos a nivel económico se han separado muchísimo.

Tanto es así que media Europa mira sobre todo lo que está planteando Suiza para pequeños y medianos negocios. Este país ha decidido que sus bancos ofrezcan soluciones financieras a los empresarios y autónomos con una eficacia bastante sorprendente. De hecho, su fórmula es una que recuerda a la de los créditos online urgentes, dado que otorga el capital necesario en menos de media hora. Así es, sin largas esperas, sin necesidad de avales. Todo se tramita al momento y con una comodidad absoluta en esta nación vecina.

¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN FINANCIERA DE SUIZA PARA LAS EMPRESAS?

En España, el Gobierno ha puesto en marcha la aprobación de avales públicos para poder acudir a los bancos a solicitar préstamos para empresas que necesiten una inyección financiera con la que hacer frente a los gastos imposibles de afrontar por el corte en seco de la facturación. La situación actual a nivel nacional ha imposibilitado que muchos negocios puedan seguir adelante con su actividad, y eso es algo que está afectando sobre todo a los trabajadores por cuenta propia, a los autónomos de siempre.

Esta solución es una que se materializa en forma de créditos que los bancos ofrecen con tan solo tener que pagar intereses durante los primeros meses, aunque con la letra pequeña de los seguros de vida y otras opciones que las entidades obligan a contratar para pedir este dinero. En Suiza, en cambio, el modelo que se ha seguido es completamente diferente por cantidades, por plazos, por complicaciones y por mero funcionamiento.

La propuesta suiza se podría resumir de la siguiente manera: préstamos en 30 minutos sin intereses. Esa es la base de la fórmula que ofrecen desde el gobierno helvético, que ha aprobado una línea de capital de 40.000 millones de euros para que las empresas puedan disponer del dinero que necesitan en estos momentos tan complicados.

Su mera propuesta ya recuerda a la de los créditos urgentes online, sobre todo por el factor tiempo que se ha perseguido reducir al máximo. La propuesta digital que podemos encontrar en financieras en línea sigue un camino muy similar, buscando siempre simplificar al máximo el proceso de solicitud para comodidad del consumidor. Puedes ver más información adicional sobre este tipo de producto financiero concreto en esta web.

Sin embargo, hay diferencias. Lo que el gobierno ofrece son créditos sin intereses de ningún tipo. Liquidez inmediata para afrontar gastos urgentes sin tener que preocuparse por los costes extra que suelen derivar de estos productos financieros. Ahí es donde más se distancia de la solución en línea, ya que esta siempre tiene asociados costes extra, salvo contadas excepciones.

Por todo lo demás, son modelos muy similares. Quienes quieren solicitar estos créditos en Suiza, solo tienen que rellenar un formulario con varios datos personales y del negocio. A partir de ahí, solo queda una espera de 30 minutos para recibir el dinero solicitado, siempre y cuando se cumplan los requisitos.

Una medida extrema diseñada para una situación de lo más inusual. Una muestra de cómo lidiar con un problema al que se enfrentan numerosas personas durante estos días. La propuesta de Suiza es una que miran con bastante recelo desde otros países. Y es que, sin ir más lejos, el sistema alemán se saturó por completo cuando habilitó sus nuevas ayudas financieras, mientras que el francés sigue envuelto en un oleaje de documentos.

Solución que logra llegar con total precisión para atajar un inconveniente que no hace más que traer complicaciones a los negocios. Por mucho que la actividad cese en cualquier país, sigue habiendo varios costes que están presentes, y la falta de capital puede hacer que sea imposible afrontarlos. Esto ya está haciendo que la guillotina empiece a acercarse a muchas empresas en varios países, pero propuestas tan eficaces como la de este país pueden ser el camino a seguir.

¿Qué pasará una vez acabe la tormenta del COVID-19? Es difícil vaticinarlo, aunque el peor escenario es una crisis económica a escala global que tarde años en solucionarse.