Con una Iglesia de Capuchinos llena de hermanos y devotos se despidió en el día de ayer a la imagen del Santísimo Cristo de la Defensión, estando presidida la eucaristía por el director espiritual, Fr. Alfonso Jiménez Santos. La diputación de cultos propuso que la eucaristía girara en torno a tres cuestiones, la despedida del Santísimo Cristo de la Defensión, la paz y la persecución salvaje de los cristianos. Estos tres temas tuvieron un protagonismo importante en la monición de entrada, homilía y oración de los fieles.
Al finalizar la eucaristía tomó la palabra el hermano mayor, expresando a los hermanos la “gran responsabilidad que se ha asumido al dar este paso”, pero que es ese mismo sentido de la responsabilidad lo que ha llevado a la junta de gobierno y a la comunidad de capuchinos a “tomar la decisión de sanar al Cristo”, ejecución que realizará el restaurador hispalense Pedro Manzano. Pidió también el hermano mayor que a partir de mañana las visitas de los hermanos a la iglesia se hagan con más frecuencia y que sigan imaginándolo en el altar mayor como una forma de recordarlo.
Una vez finalizada la eucaristía, el director espiritual y la comunidad capuchina inauguraron la ceremonia de besapiés. El acompañamiento musical estuvo a cargo del maestro organista de la Catedral, Angel Hortas. Será a finales del mes de febrero cuando el crucificado de Esteve Bonet vuelva a presidir el altar mayor de la Iglesia de Capuchinos.