Aunque es difícil hacer una previsión exacta, dadas las temperaturas exageradamente elevadas del mes de julio, todo parece tender a una cosecha similar en cantidad a la del pasado año (aprox. 10 Tm/Ha). Hay que tener en cuenta que ha sido un año en el que ha llovido fundamentalmente en el otoño y poco en primavera, con una pluviometría total de 526 L/m2, un 15% inferior a la de un año normal, precedido además de un año, 2014, de lluvia escasa. Todo esto demuestra la bondad y la capacidad de retener la humedad de nuestra tierra de albariza.
No obstante, todo va a depender del último mes (agosto) y del predominio de los vientos, el levante (seco y caluroso) o el poniente (fresco y húmedo). Lo ideal sería un equilibrio de ambos, para una buena maduración.
La calidad de la uva parece que va a ser excelente, así lo indica el grado de azúcar que va adquiriendo y también su estado fitosanitario, que es también muy bueno. La polilla del racimo (lobesia botrana ) ha sido escasa, y ahora, en tercera generación, es muy floja. La incidencia general de plagas y enfermedades está siendo muy baja.
Con respecto a la fecha del inicio de la recolección de nuestra Palomino, una vez pasado el envero, la maduración prosigue a un ritmo normal y por lo tanto se espera el inicio de la vendimia entre la tercera y la cuarta semana de agosto.
En resumen, una cosecha del 2015 previsiblemente con una producción media-alta, en línea con la precedente y una calidad excelente, lo que permitirá a las bodegas una adecuada reposición de sus criaderas.