Cumpliendo con su amenaza, los vecinos de La Asunción que subsisten en viviendas apuntaladas han pasado su primera noche a la intemperie frente al Ayuntamiento. Como explicó la portavoz de los afectados, Lorena Velarde, en la tarde del domingo un grupo de vecinos se instaló en los aledaños del Consistorio con tiendas de campaña incluidas, con el fin de acampar de manera indefinida hasta que las autoridades pongan fin a la situación de inhabitabilidad de sus inmuebles. Sin embargo, una vez que montaron el ‘chiringuito’ la Policía Local les invitó a desmantelarlo, por lo que tuvieron que quitar hasta una mesa que habían colocado.
Ello no amilanó a los manifestantes, que lejos de abandonar la protesta se instalaron unos metros más lejos en unas butacas de playa, donde han pasado la primera noche de frío otoñal ataviados con un edredón de plumas. “Los agentes nos aconsejaron que nos fuéramos de aquí porque decían que no iba a servir para nada. Pero nosotros seguiremos adelante, nos iremos turnando pero siempre habrá alguien durmiendo aquí hasta que nos arreglen nuestras viviendas“. Unos pisos que se mantienen en pie a duras penas, puesto que permanecen apuntalados y su precariedad ha obligado a algunos vecinos a tener que abandonarlos, mientras esperan que se acometa una rehabilitación firmada hace seis años.
“Nosotros sabemos que corresponde a la Junta pagar la mayor parte de la rehabilitación -reconoció Lorena-. Lo que pedimos al Ayuntamiento es que nos deje alguna vivienda de las que están cerradas hasta que arreglen las nuestras y así no corramos peligro”. Como ella misma confirmó, el teniente de alcaldesa Antonio Saldaña se acercó al campamento a interesarse por su situación y les aseguró que el Ayuntamiento mantiene conversaciones constantes con el delegado provincial de Vivienda, Manuel Cárdenas, para que dé prioridad al cumplimiento del convenio de reforma integral de sus pisos.
La alcaldesa, por su parte, tiene prevista una reunión con el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, en la que le trasladará el problema. Mientras todo ello sucede, los vecinos confirman que no se moverán de las puertas del Consistorio y afrontarán el frío y lo que tenga que llegar con la mayor resignación, en tanto en cuanto no se les dote de un lugar digno en el que vivir .