La Sección Octava de la Audiencia Provincial acoge hoy la celebración del juicio por el que Raúl A. G., Ramón G. A. (sobrino del anterior) y Rafael P. V. se sientan en el banquillo acusados de intentar acabar con la vida de un conocido en un bar. Los hechos que se exponen se remontan al 29 de mayo de 2010, cuando a alrededor de las 23.30 horas los tres se encontraban en el disco-pub Atenas de la localidad de Bornos y mantuvieron una discusión con otro hombre. Así lo explica el fiscal en su calificación, a la que Reporteros Jerez ha tenido acceso, en la que manifiesta que la víctima (Raúl B. C.) salió en defensa de este último.
Después de eso los procesados se dirigieron a un bar cercano al domicilio de Raúl B. C. donde otro conocido, Francisco S. N., les advirtió de que no buscaran jaleo ante la presencia de niños pequeños. Los tres, según el fiscal, no se dieron por aludidos y fueron en busca de la víctima, que comenzó a gritar asegurando que le iban a matar. Entonces, “de común acuerdo y con ánimo de acabar con su vida” comenzaron a golpearle. Uno de ellos le intentó agredir con una llave fija en la cabeza alcanzándole la mejilla, mientras que otro le sacudió con un palo de béisbol en las costillas. El tercero de ellos aprovechó que su objetivo había caído al suelo para asestarle varias puñaladas hasta que Francisco S. N. logró arrebatarles el palo de béisbol y se marcharon en el vehículo de uno de ellos.
El agredido fue trasladado de inmediato por su amigo Francisco al centro de salud, desde donde tuvo que ser desplazado hasta el hospital al presentar un cuadro clínico grave. Allí estuvo ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos y tardó en curarse de todas sus lesiones 205 días. En concreto, sufrió una herida incisa en la mejilla y otra en el costado; fractura de dos costillas; erosiones y abrasiones en un codo y un hombro y un traumatismo craneo-encefálico leve. Todo ello le produjo, además de las secuelas físicas, un trastorno depresivo. Los procesados permanecen en prision por esta causa desde el 31 de mayo de 2010.
El fiscal considera a los tres imputados autores de un presunto delito de asesinato en grado de tentativa y pide para cada uno de ellos la pena de once años de prisión, así como la prohibición de acercarse a Raúl B. C. a menos de 200 metros durante diez años, junto con una cuantiosa indemnización.