Durante la temporada estival los viajes y escapadas, suelen ser mucho más frecuentes de lo habitual. Así, un importante porcentaje de españoles emplea el coche como medio de transporte durante las vacaciones. Esto, implica mayores exigencias y desgastes al vehículo en general, pero muy particularmente a los neumáticos. 

Por ello, su buen estado, es vital para la seguridad del conductor y sus acompañantes. Es importante valorar que los neumáticos coche son el único elemento que se mantiene en contacto directo con la carretera. En consecuencia, su cuidado es de máxima importancia, especialmente tras los viajes del verano.

NEUMÁTICOS DE INVIERNO Y NEUMÁTICOS VERANO

En el mercado de neumáticos, es posible encontrar diferentes tipos y modelos. En relación a la época del año se pueden encontrar ruedas para verano y ruedas para invierno. Cada una de estas con características particulares que permiten un mayor rendimiento ante las condiciones climáticas de las diferentes estaciones.

En este sentido, la principal línea divisoria entre un neumático de invierno y uno de verano es la temperatura. Ésta, supone como límite los siete grados centígrados. Así, los neumáticos para temporada veraniega están pensados para temperaturas por encima de los siete grados, Mientras los de invierno para siete grados o inferiores.

Pues, ante el frío y las constante precipitaciones, los neumáticos de invierno ofrecen mayor elasticidad. Esto a su vez, supone una mayor adherencia a la superficie de la carretera. En contraposición, bajo tales circunstancias climáticas, las ruedas de verano se endurecen, aportando un agarre notablemente inferior, lo cual puede derivar en terribles accidentes.

De igual forma, durante los meses de calor, los neumáticos de invierno se degradan corriendo el riesgo de reventarse. De acuerdo con lo anterior, no hay lugar a dudas, lo mejor es emplear los neumáticos indicados para cada estación.

Los expertos de neumáticos Confortauto, aconsejan colocar en octubre los neumáticos de invierno. Asimismo, llegada la Semana Santa, los de verano. No obstante, esto puede variar de una localización a otra, así como verse afectado por las condiciones climáticas.

Existen otros rasgos distintivos entre estos tipos de neumático, en general vienen dados por los materiales empleados en su fabricación. Así, se encuentran diferencias notables en cuanto a profundidad en los dibujos y anchura, entre otros.

REVISIÓN DE LOS NEUMÁTICOS DEL VEHÍCULO

Dada la importancia de los neumáticos moto o coche en la seguridad de las personas, y el funcionamiento general del vehículo, es imprescindible verificar su buen estado. En especial, como ya se ha señalado, después de periodos como las vacaciones de verano, asimismo deben revisarse de manera regular el resto del año. Existe así, una serie de aspectos cuya revisión es determinante:

Presión de aire

Conducir el vehículo con la presión baja en los neumáticos, genera inconvenientes tales como un mayor consumo de combustible y desgaste. Incluso puede ocasionar  más accidentes. La pérdida de presión, puede tener origen en diferentes acontecimientos. Así, las causas más comunes son golpes sufridos durante el viaje, y objetos incrustados en la goma. Otro problema que da pie a un neumático con baja presión es el aumento en la porosidad en el caucho del neumático. Esto puede ocurrir como consecuencia de la exposición a temperaturas extremas.

Desgaste de la banda de rodadura

Muchos españoles, coinciden en que los viajes por carretera tienen un encanto único. Sin embargo, recorrer largas distancias puede afectar a la banda de rodadura por desgaste, especialmente al calentarse excesivamente a causa de las temperaturas estivales.

Además, dependiendo del tipo de lugar que se visite, se pueden presentar otros daños a causa de terrenos irregulares. Así, para inspeccionar la banda en busca de desgaste, se debe prestar atención a los indicadores de desgaste marcados en la propia rueda.

Asimismo, se puede recurrir a un profundímetro o bien a una moneda o cualquier otro objeto similar que sirva para medir el desgaste de los dibujos del neumático. También es preciso verificar los flancos del neumático en busca de pinchazos o bultos.

Desperfectos en la superficie del neumático

Es importante, revisar que no existan otros tipos de desperfectos que dificulten el adecuado funcionamiento del neumático, y en consecuencia, del coche. Se hace preciso entonces observar en busca de deformaciones, bultos, grietas o roturas.

Ruidos y vibraciones

Estos son otros importantes indicativos de que algo no está bien con los neumáticos, y que por tanto precisan de un pronto cambio. Además, pueden presentarse al girar la dirección, mostrando algunos de los síntomas señalados en uno o varios de los neumáticos. Suele tratarse de neumáticos mal equilibrados, por lo que lo más indicado será llevar el coche a profesionales en el sector para una revisión más exhaustiva.

CAMBIO DE NEUMÁTICOS

Si tras la inspección oportuna, se detecta alguno de los problemas citados anteriormente, entonces se debe proceder a reemplazar las ruedas inmediatamente. Asimismo, si los neumáticos tienen cinco años o más, deben ser sustituidos.

Pues, este suele ser el tiempo máximo de vida indicado por los fabricantes. En consecuencia, transcurrido este plazo, los compuestos químicos del neumático comienzan a deteriorarse, haciéndolo más propenso a dañarse.

En todo caso, una vez ha terminado el verano es preciso, iniciar los preparativos para conducir durante los meses de invierno. Esto, sin lugar a dudas, incluye el reemplazo de los neumáticos de verano por los de invierno.