Este año los lebrijanos no podrán disfrutar las tradicionales Cruces de Mayo bailando sevillanas corraleras en las hornacinas tradicionales o en las cruces vestidas para la ocasión, por la crisis sanitaria del coronavirus. Pero el no salir a la calle a disfrutar de una de nuestras fiestas más genuinas y peculiares no significa no vivirlas ni sentirlas, sino todo lo contrario.

Una gran mayoría de lebrijanos ha montado o está montando cruces es sus patios, balcones, terrazas… para celebrar esta fiesta, que define la idiosincrasia lebrijana como una ciudad alegre, hospitalaria y solidaria. Otros muchos han escrito letras de sevillanas corraleras y están llenado las redes sociales del soniquete típico de la festividad. Los niños y niñas están pintado de colores vivos y llamativos típicos de esta época del año preciosos dibujos de nuestras cruces. Y todos esperan deseosos que llegue el año próximo para vivir y sentir, porque estás fiestas se viven y se sienten, en la compañía de una ciudad que sale a la calle para cantar y bailar las noches primaverales de mayo.

En homenaje a todos y todas los cruceros de Lebrija y reconociendo el importante esfuerzo y compromiso de los lebrijanos y lebrijanas cumpliendo estrictamente las medidas establecidas en el real decreto de 14 de marzo donde se declaró el estado de alarma, el Ayuntamiento de Lebrija ha elaborado un vídeo sobre esta fiesta local. Las imágenes -que fueron grabadas antes del citado real decreto- ponen de manifiesto que la fiesta de las Cruces de Mayo es mucho más que una tradición popular arraigada en el municipio; las Cruces nos definen como ciudad. Una tradición que perdurará en el tiempo gracias al intercambio generacional que se vive donde abuelos, padres y niños disfrutan al unísono de esa fiesta.

El Ayuntamiento reconoce y anima a continuar con cuántas iniciativas pongan en valor ésta y otras tradiciones lebrijanas que nos permitan, como se recoge en los folletos turísticos de la ciudad, sentir Lebrija.