Pasado más de un año desde su irrupción, poco a poco vamos teniendo más datos acerca de cómo se producen los contagios e, incluso, se ha conseguido crear las vacunas en tiempo récord. El desconocimiento inicial de todo esto provocó una serie de medidas, cuando menos curiosas que hoy relatamos, que van desde las relaciones íntimas, hasta la alimentación. A día de hoy, las medidas de higiene están bastante claras. Lavado de manos y gel hidroalcohólico para cuando no tenemos la posibilidad de lavarnos las manos con agua y jabón, es la medida fundamental.
La desinfección a la entrada de cualquier local (tiendas, peluquerías o bares) y también en las viviendas, es obligatoria, tanto de manos, como de los zapatos. Las botellas de gel y los felpudos desinfectantes se disponen siempre en la entrada de todos los lugares, para llevar a cabo una correcta desinfección.
Pero, a lo largo de todos estos meses nos llegaron recomendaciones como limpiar los envases de plástico de la comida empaquetada, incluso con lejía; ducharnos y echar la ropa a lavar cada vez que volvíamos de la compra en confinamiento, etc. También se recomendó lavarse los dientes de manera más continuada para evitar contagio por aerosoles.
RELACIONES ÍNTIMAS
Poco a poco vamos sabiendo más acerca de cómo se contagia esta enfermedad, pero al principio muchos fueron los países que confinaron totalmente a la población en sus casas. Un estricto encierro que sólo permitía salir para lo imprescindible porque, además, todos los comercios no esenciales estaban obligatoriamente cerrados.
Pero, ¿qué pasaba con las personas solteras o que estaban iniciando una relación con una personas? Bien, esto requiere un análisis. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), actualmente es necesario mantener una distancia de seguridad de un mínimo de un metro, pero llegó a ser de dos metros. Las autoridades sanitarias mundiales recomendaron no mantener relaciones íntimas por riesgo al contagio y algunas proponían llevarlas a cabo con mascarilla, fueran cuales fueran (incluidas las personas con las que convivíamos).
A día de hoy, sabemos que si tenemos la posibilidad de limitar los contactos sociales se pueden mantener relaciones íntimas con seguridad. Por ejemplo, una persona que teletrabaja y no sale de su casa, o sale poco, puede mantener relaciones íntimas con otra persona que lleve el mismo estilo de vida. Lógicamente, también las personas que conviven pueden mantener estas relaciones sin problema.
ALIMENTACIÓN CONTRA EL CORONAVIRUS
Una alimentación sana es recomendable en todo momento, no sólo en estos momentos de pandemia. Pero, en su momento surgieron un sinfín de consejos sobre alimentos que evitaban los contagios. Si bien es cierto que hay alimentos que nos ayudan a prevenir enfermedades, no existe ningún dato contrastado sobre alimentos que impidan los contagios, en todo caso sí se ha visto la influencia de la mala alimentación en contraer la enfermedad con mayor o menor gravedad.
Ahora, con unos cuantos kilos de más debido a estar tantas horas con acceso a la nevera, nos hemos concienciado de la necesidad de una alimentación sana y está clara su influencia en no contagiarse de cualquier enfermedad, no sólo de la Covid-19.
Por otro lado, las personas que han sufrido de manera grave esta enfermedad pierden una enorme cantidad de masa corporal, debido a estancias de larga duración en unidades de cuidados intensivos, por lo que sí se les establece una dieta encaminada a recuperar esa masa corporal y también mejorar la capacidad respiratoria que han perdido por la enfermedad, entre otras cosas.
BARES SÍ, BARES NO
En España, el tema de los bares es controvertido. Con el estado de alarma los bares, como muchos otros comercios, cerraron a cal y canto. A día de hoy, cerrar los bares sigue siendo una medida que toman las autoridades con el fin de limitar el contacto social. Pero hay lugares, como en la Comunidad de Madrid en los que la hostelería no tiene tantas limitaciones, o, en su caso, las horarias dictadas por el Gobierno sobre el toque de queda.
Gran Bretaña o Francia siguen, a día de hoy con estos locales cerrados, pero Suecia no ha cerrado los bares en ningún momento. En realidad, Suecia no ha impuesto restricciones y sí recomendaciones, como por ejemplo, que los mayores de 60 años limitaran sus contactos sociales.
Con todo esto, en Suecia han muerto más de 13.000 personas, un 0,13% de su población con estas medidas menos estrictas, mientras que en España, con las medidas que conocemos y hemos sufrido, la proporción es del 0,15%. Sin lugar a dudas, un caso para estudio.