Ya son una realidad. Una realidad palpable de que la Iglesia está viva, en constante movimiento, y emigrando hacia los extrarradios de las ciudades olvidando, ingrata, los muros centenarios de las parroquias de siempre. Ya son una realidad, pero sin embargo su historia comienza hoy. Salud de San Rafael y Sed sincronizan hoy sus relojes y comienzan a trabajar, de manera bien distinta, por evangelizar en una de las zonas más pobladas de la ciudad, la sur.

Los detalles son públicos y conocidos por todos. Será José Mazuelos, obispo diocesano, quien presida la pontifical en la que se leerán los decretos de erección canónica de ambas hermandades, a partir de las seis de la tarde en la Santa Iglesia Catedral. Una vez terminada la eucaristía, ambas cofradías volverán para sus respectivas sedes canónicas. Una, la Salud, a San Rafael, corazón de un barrio entregado al nuevo Cristo de Fernando Aguado. La otra, la Sed, a su oratorio provisional, desde el que luchan, cada día con más pólvora en la recámara, por construir un templo, por hacer una dolorosa, por tallar un misterio… Por tantos y tantos sueños que no llegan si no es trabajando, y rezando.

Hoy es por tanto el día en que todo comienza para ellos, para dos hermandades que han trabajado de manera silenciosa, y que no merecían la incertidumbre que ha rodeado a este nombramiento. Primero con pasos, luego con parihuelas. Antes, el Cristo tumbado, y  luego, milagrosamente, gracias al ímprobo trabajo que ha desarrollado la agrupación desde primera hora de la mañana, con el portentoso crucificado de Elías Rodríguez presidiendo de pie el presbiterio de la Santa Iglesia Catedral, ese templo que es de todos, pero en el que pocos pueden opinar.

Pues en estos mares, ambas hermandades han navegado en las últimas fechas. Se abre ahora un nuevo horizonte para ambas. Desde esta tarde, ambas entidades tendrán sus  propios estatutos y reglas, y sus tomas de decisiones serán algo más independientes de lo que ya eran, conformando una nueva realidad que ha empujado el obispado para dotar de infraestructuras religiosas a una zona que ha crecido exponencialmente en los últimos años. La tarea es ardua, pero viendo los traslados de ayer hasta la Catedral de ambas corporaciones, y comprobando cómo la zona sur las arropó en todo momento, los frutos deben estar mucho más cercanos de lo que hoy somos capaces de apreciar.

Solo falta soñar con que pronto, muy pronto, dos cofradías lleguen a la Carrera Oficial desde la zona sur de la ciudad. Solo queda asumir, ya de una vez por todas, que la Semana Mayor jerezana ha cambiado para siempre, y que nunca volverá a ser lo que era. Hay que construirla con cimientos sólidos, por tanto. Los que aportarán, desde esta misma tarde, las nuevas hermandades de la Sed y dela Salud de San Rafael.