-¿Cómo definiría el Centro Educativo Jerez?

-Somos un centro que pretende ser innovador y vanguardista en metodología. Llevamos muchos años de trabajo y estudio y lo hemos llevado todo a la práctica. Hablar de innovación metodológica no significa que sea una disciplina no estudiada suficientemente. Son verdades que están más que demostradas, por ejemplo, sabemos que si hay afectación a nivel emocional se recuerda mucho mejor. Todo el mundo sabe dónde estaba cuando supo la noticia del 11-S. Se sabe también que aprendemos mucho más juntos que separados pero sin embargo hay muchos centros que se empeñan en el trabajo individual. No se está poniendo en práctica todo lo que debería. Ningún colegio de Jerez ofrece lo que nosotros ofrecemos.

-¿Qué diferencia hay entre vuestro modelo educativo y el que está estandarizado?

-Nosotros trabajamos con un modelo constructivista, que se basa en lo que el niño trae. Partimos de la premisa de que cada niño tiene unas capacidades innatas, que son suyas, que sabe hacer cosas por naturaleza. Y nosotros construimos sobre eso. Todos los centros dicen que lo hacen así pero no es cierto. En el día a día de las clases, la diferencia más importante es que trabajaremos con metodología cooperativa, que los niños están integrados en grupos de cuatro que les acompañará en todo el proceso educativo. Los miembros de cada grupo están elegidos para que sean complementarios. Trabajarán siempre así aunque también harán tareas individuales. El aprendizaje es así más interesante, más divertido, más intenso, cercano y adecuado a las necesidades de cada uno. Y para nosotros sera más fácil dar las clases. No será una clase lineal. También trabajaremos mezclando grupos de diferentes cursos, para que hagan trabajos en común. El aprendizaje final es enorme para mayores y pequeños.

-¿Cuáles son los grandes objetivos educativos del colegio?

-Cuando salga, el niño será el mismo que entró. Las competencias y los talentos son individuales. En cuanto a contenidos, impartiremos lo que nos marca la ley. Pero nuestros niños no serán un cliché sino que saldrán con sus propios talentos más desarrollados, de forma que se diferencien de los demás. Acercaremos a los niños a las nuevas tecnologías, al mundo real que estamos viviendo. Hoy piden CV subidos en youtube, por ejemplo, algo para lo que otras generaciones no estamos preparados. Tienen que ser capaces de desenvolverse con soltura en las nuevas realidades.

-¿Cómo va a ser una clase en el CEJ?

-Hay una base de rutinas en la educación aunque nadie las vea. Pero al mismo tiempo habrá una vulneración de esas rutinas casi de continuo. Los niños deben saber cuándo saldrán al recreo, cuándo irán a comer… pero ha llegado un momento en que eso ya no está tan bien definido en nuestra vida cotidiana, nuestros horarios se mueven mucho. Dentro de esas rutinas vamos a utilizar tiempos móviles no marcados por un timbre, sino por proyectos. A veces querrán seguir trabajando aunque sea la hora del recreo. Sabrán que disponen de determinado tiempo pero no con estrictas limitaciones.

-¿Con qué inquietudes llegan los padres que han preinscrito a los niños en CEJ?

-Con la sensación de que les ven hacer a sus hijos en los colegios lo mismo que hacían ellos de pequeños: en las mismas aulas, con el mismo temario, con la misma estructura. Hay familias asustadas que no quieren que sus hijos sigan estudiando así hoy en día. Hay padres muy críticos también porque piensan que si, con ese tipo de educación, ellos no han llegado lejos, ¿a dónde llevará a sus hijos? Otra situación es que están hartos de que el colegio les devuelva problemas. Muchas veces van a turorías y se sienten desbordados, no saben qué hacer ante los problemas de sus hijos en el colegio. Nosotros nunca vamos a trasladar los problemas educativos de los hijos a los padres. No puedo llamarme profesional de la enseñanza si no sé resolver eso. Es una queja común de los padres.

-¿Cuál es el perfil de las familias?

-Suelen tener más de un hijo, vienen con malas experiencias de otros colegios, tanto de públicos como privados y concertados. Otro perfil muy particular es el de alumnos con discapacidades, que no se atienden en los colegios privados, se niegan a aceptarlos. Mantener el estándar del 100% de aprobados en Selectividad es difícil de lo contrario. Nosotros no queremos un 100% de aprobados, los niños no son clichés. Es una confusión tremenda. Nuestra forma de trabajar facilita mucho la escuela inclusiva.

-¿Tienen ya la homologación de la Junta?

-Hay buena disposición por parte de la Junta y nos van a facilitar las cosas. Sabemos que estamos autorizados, solo nos falta el papel. Cuando llegue es cuando podremos empezar las obras. El número de líneas que abramos el próximo curso dependerá de hasta dónde podamos llegar con las obras.

-Abrir un colegio privado en plena crisis ¿no es muy arriesgado?

-Económicamente tiene sus pros y sus contras. Hay una dificultad muy grande a nivel de financiación en los bancos pero hemos abierto otras vías como los cooperativistas. En nuestra página web también tenemos un apartado de crowfunding, para inversores que aporten capital para los socios. Estamos encontrando colaboraciones. En tiempos de crisis también hay otras oportunidades, hemos podido negociar precios. Por nuestra parte, hemos bajado cuotas y nuestra oferta es más barata. La crisis es muy relativa. No puede ser una excusa para pararse sino para moverse.

-¿Alguna novedad con respecto a la rescisión del contrato de alquiler por parte de Iberdrola Inmobiliaria?

-Estamos en el juzgado. Está claro que es un abuso de poder por su parte. Aunque no tuviéramos contrato, que lo tenemos, no nos pueden echar por la fuerza. Veremos lo que dicen los jueces y nosotros no vamos a ceder, ni nuestros profesores ni nuestras familias. No hay derecho a esta situación de pez grande contra pez pequeño. Nos han cambiado cerraduras, nos han puesto personal de seguridad para no dejarnos entrar… Uno de los juicios es de urgencia.