No por ser esperada, la muerte de un ser querido es menos dolorosa. Esto es lo que ocurre con el Xerez. Aunque finalmente no se reúna el consejo de administración y Joaquín Morales siga retrasando la agonía, desde hace meses nos hemos hecho a la idea de que el club al que queremos está en la UCI y no pasará nunca a planta. No habrá mejoría. El final, aunque esperado e inevitable, será doloroso. Por mucho que se hable de refundación y de que el sentimiento xerecista continuará, me duele que desaparezca mi equipo. Me jode que muera el Xerez Club Deportivo.
En multitud de ocasiones a lo largo de todos estos años, hemos hablado de este Xerez como del enfermo que se desangra y nadie acude a socorrerlo. Lamentablemente aquellos que han acudido a su lamento no ha sido para taponar su herida, si no más bien para llevarse la cartera y el reloj mientras el moribundo Xerez se mantiene inerte en el suelo con un hilo de vida. Carroñeros en busca de un pelotazo económico fácil de donde sacar tajada. Empresalizar los sentimientos, cuantificar de manera monetaria el querer. Todos aquellos que se erigieron como salvadores (Oliver, Silgado, Morales y compañía) no han hecho otra cosa si no meter la mano en el bolsillo del agonizante. Solo deseo que aquellos que lo han matado, le han denegado auxilio alguno y han omitido flagrantemente su deber de socorro, lo paguen con años de prisión. Que sus fechorías y avaricias no queden impunes.
Pero no sólo ellos son lo máximos responsables del ocaso de este club. ¿Dónde queda en toda esta tragedia Javier Tebas? El abogado ha demostrado ser una persona con un afán de notoriedad incalculable y un ansia de poder que le ha llevado a llenarse los bolsillos a costa de los sentimientos y las ilusiones de clubes de toda España. Desde el primer minuto me dio en la nariz que una vez descendido, en el momento que el Xerez ya no fuera un equipo “Profesional”, no sería problema dejarlo morir. Muerto el perro se acabó la rabia. “La LFP hará todo lo posible para ayudar al Xerez”, decía el abogado. Titulares llenos de palabras vacías. Mucho ataque y poca autocrítica sobre su gestión. Poca no, ninguna. Su objetivo era sacar adelante el convenio con los acreedores y, como diría el otro, “sacao está”, pero ¿a qué precio? Pues uno desastroso, la disolución del club.
Y como entre abogados anda el juego… ¿Qué responsabilidad tienen los administradores del concurso de acreedores? Aún recuerdo aquellas palabras de Jesús Rodríguez: “no me gustaría nada que mis hijos dijeran que su abuelo fundó el club y su padre contribuyó a que desapareciera”. Pues se ha lucido el abogado jerezano. Vamos, para ponerle una placa junto al minotauro. Muy probablemente sus hijos puedan pronunciar esa frase, pese a que a él no le guste nada, ya que puede ser el mismo Jesús Rodríguez y Antonio del Puerto quienes actúen en el procedimiento legal que liquide para siempre la Sociedad Anónima Deportiva. Rodríguez llegó a afirmar que “el club no va a morir, ni mucho menos”. Más titulares, más palabras vacías. ¿Cómo se puede explicar que tan sólo un día después de que la jueza Nuria Orellana levantase el concurso de acreedores, la Seguridad Social embargue los derechos del club en la Liga? No hay por dónde cogerlo.
No se ha cumplido un año de la finalización del concurso de acreedores y dudo que los impresentables que mal dirigen el Xerez no hayan podido sacar adelante a este enfermo, simplemente no han querido. De hecho el Xerez morirá porque no se ha podido pagar la primera cuota pactada con Hacienda en diciembre de 2012. Es para mear y no echar gota. ¡La primera! Sólo espero que este crimen no quede impune, que la justicia depure responsabilidades y que los responsables de éste asesinato lo paguen con años de cárcel. DEP Xerez Club Deportivo.
LOLO PAÉZ