La quietud de la madrugada del jueves se vio alterada en Luz Shopping con la irrupción de unos individuos que asaltaron dos tiendas de móviles del complejo comercial. Como han informado a este medio fuentes del caso, los sujetos llegaron en un vehículo de alta gama marca BMW y nada más apearse del mismo “reventaron” las puertas de ambos establecimientos ayudándose de herramientas y llevándose diversos teléfonos de última generación. Este tipo de mercancía se ha convertido en una presa fácil para los delincuentes, dada su proliferación y la facilidad con la que puede ser revendida en el mercado negro. Por el momento, la Policía no ha conseguido dar con la pista de los asaltantes por lo que la investigación continúa abierta, al igual que la relativa a la pandilla de jóvenes que se dedica a robar también móviles a menores, en la zona norte.

Precisamente otro robo, pero esta vez en una vivienda, tuvo lugar la pasada noche en zona de Jacaranda. Las mismas fuentes han confirmado que justo detrás del club de pádel, en la calle María Zambrano, un unifamiliar fue asaltado durante la tarde, mientras se encontraba ausente la propietaria, que volvió por la noche y se encontró con la desagradable sorpresa de que alguien había entrado en su domicilio. Dado que los ladrones aprovecharon la circunstancia de que el inmueble estaba eventualmente vacío, no se descarta que pudieran haber ejercido una cierta labor de vigilancia sobre el mismo, hasta comprobar que podían dar el golpe sin mayores problemas. La vivienda contaba incluso con la presencia de un perro de raza pitbull, pero eso no resultó un impedimento para los individuos que lograron arramplar con joyas, un televisor de plasma y dinero en metálico. 

A pesar de que parece que los robos se han disparado en los últimos días, la Policía no considera que deba existir un motivo de alarma al respecto. Eso sí, las personas que se vayan de veraneo y abandonen su vivienda habitual por unos días o semanas, deberán dejarla cerrada a cal y canto y tomar unas precauciones básicas, como encargar a alguien de confianza que les recoja el correo y acuda a la vivienda con cierta frecuencia, con el fin de levantar cualquier suspicacia de los amantes de lo ajeno.