Optimistas son los viticultores de la provincia apenas unas semanas antes de que comience la vendimia en las variedades más tempranas. El sector constata en el campo una recuperación de la producción estimada que oscilará entre el 20 y el 30% más, es decir, que alcanzará las cifras de hace dos años. Mientras que la última vendimia fue más bien escasa, la que se avecina puede llegar a superar los 75 millones de kilos y dar oxígeno al sector.

“Ahora mismo hay futuro. Ya no se está arrancando viña y agricultores que habían abandonado el cultivo en los últimos años lo están intentando recuperar”, explica desde Asevi Francisco Guerrero. “El sector está animado, se nota”, asegura con satisfacción. Además, el precio de la uva podría subir un poco por lo que las previsiones son aún más positivas.

En cuanto a la salud de la uva, Guerrero asegura que las condiciones que presenta el fruto son óptimas. “No hay enfermedades ni plagas. La polilla del racimo, que causa pudrición, apenas está haciendo daño”, indica. No obstante, aún es pronto para dar un diagnóstico exacto ya que aún faltan algunas semanas para la recogida de la palomino y su estado depende mucho de las condiciones climatológicas. “Lo que necesitamos ahora es que se vaya el Levante y se suavicen las temperaturas. Si este tiempo de calor persiste, el crecimiento de la uva se para y la producción se puede ver mermada”, señala.

Según el calendario de los viñistas, la uva blanca comenzará a recogerse a finales de este mes, le seguirán algunas variedades de tinta y a partir de la segunda quincena de agosto la protagonista será la uva palomino, mayoritaria en la zona.

En torno a 300.000 kilos de uva blanca

La producción de uva blanca en la campiña se sitúa entre los 200.000 y los 300.000 kilos que, sumados a los de uva tinta, pueden alcanzar el millón. El cultivo de este tipo de uva -destinado a Vinos de la Tierra de Cádiz-, según Asevi, “está creciendo pero poco a poco y de forma selectiva. Los agricultores lo están haciendo con sensatez”, detalla Guerrero.