El descenso del Xerez CD a Tercera División al mantener deudas con su plantilla de la temporada pasada no era más que la crónica de una muerte anunciada y que el Grupo Energy, encabezado por Ricardo García, solo podía evitar desembolsando dinero de su propio bolsillo.

Según ha podido conocer REPORTEROS JEREZ, la mala situación económica de la entidad azulina, remitida y dada a conocer al Juzgado de lo Mercantil por la Comisión de Control y Seguimiento de la LFP y la AFE, podría desencadenar en lo que sucedió en la noche de ayer, pero ya se sabía desde mediados del pasado mes de junio.

El 13 de junio de 2013 los representantes de dicha Comisión se reunieron con Rafael Mateos para hacerle ver al entonces presidente de la entidad azulina que se estaba incumpliendo el convenio con los acreedores del club al tener “deudas concursales impagadas de 500.000 euros y deudas de obligaciones corrientes superiores al millón de euros”. En el informe, que recuerda que la entidad azulina mantiene embargada su principal fuente de financiación “como consecuencia de las deudas vencidas”, se cita esa reunión con Mateos, que tiene lugar casi una semana antes del envío del documento al Juzgado Mercantil de Cádiz.

La importancia de esa reunión recaía en que el Xerez tenía hasta el 19 de junio -la reunión tiene lugar seis días antes- para arreglar sus problemas con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social para poder recibir el 1,3 millones de euros en concepto de ayuda por descenso a Segunda División B. Fue en esos días cuando Rafael Mateos arroja la toalla ante la falta de ayuda por parte del máximo accionista de la entidad Joaquín Morales, y fue justo en esos días cuando la Comisión de Control insta al Juzgado de lo Mercantil a pedir “la liquidación del Xerez CD SAD al ser inviable económicamente”.

Con la solicitud fuera de plazo, y el Grupo Energy desembarcando en la directiva azulina, todo quedaba en manos de Javier Tebas. Sin embargo, ante la falta de transparencia vigente a día de hoy del nuevo accionista mayoritario del club, la LFP no ha aceptado las excusas del presidente del club, que prometió negociar con los acreedores prioritarios, pero sin mostrar un solo documento a los estamentos principales del fútbol español.

A partir de ahí, lo que se sabe. El Xerez no llega a ningún nuevo acuerdo con Hacienda -la próxima semana tiene que abonar 470.000 euros que Energy no puede pagar-, el convenio con los acreedores se incumple y la LFP no puede dar el visto bueno para abonar al Xerez la ayuda por el descenso. Conclusión; no hay dinero y no se puede pagar a los jugadores de la pasada temporada vía AFE.

La única vía de salvación que le quedaba a Energy llegó el lunes. La LFP procedía a pagar los atrasos a los trabajadores del club a través del Fondo de Garantía Salarial de la AFE. Parecía que la ayuda por el descenso había llegado ­-”Todo está controlado”, decían en Energy-, pero no fue así. La AFE se comprometió a abonar los retrasos a la plantilla laboral del Xerez a la espera de que Energy pagara posteriormente al sindicato esa cantidad adeudada. Tampoco ha sido así.

En definitiva, que los máximos protagonistas de esta triste historia sabían su final hace ya más de un mes, el 13 de junio, cuando LFP y AFE avisan al entonces presidente, Rafael Mateos, y cuando comenzaba a escribirse esta crónica de una muerte anunciada.