Hace tiempo que la festividad de la Inmaculada se celebra en Jerez con la grandiosidad que merece. Si bien este año parecía que decaía en algo la intensidad con la que se celebró en ediciones anteriores, la celebración del besamanos de María Santísima del Desconsuelo, estrenando además saya y diadema, ha revitalizado una jornada que recupera el resto de hitos importantes que ya ofrecía. Así, y exceptuando lo que ofrece en horario matinal y vespertino la Santa Iglesia Catedral, son varias las oportunidades que tuvo el cofrade de Jerez de acercarse a la figura de María,y conocer así un poco más el dogma mariano de la Inmaculada Concepción

Como si de un domingo de cuaresma se tratara, hubo varias apuestas de besamanos en distintos puntos geográficos de la ciudad. En San Mateo, y como cierre de los actos del tercer centenario de la bendición de la imagen, estuvo expuesta en besamanos Nuestra Señora del Desconsuelo, estrenando la saya de José Ramón Paleteiro a juego con el manto de la dolorosa, y una diadema donada por hermanos de la cofradía. Con un montaje expectacular, y vestida ya de forma impresionante por José Carlos Gutiérrez Otero, la dolorosa de San Mateo es punto de referencia de la jornada, sin duda alguna.

En las Viñas, repiten tradiciones, que convierten, desde que se coronó la imagen titular de la cofradía, el 8 de diciembre en una jornada grande de la corporación del Viernes Santo. Tras el rosario de la aurora por las calles del barrio, y la renovación por parte de la hermandad de su voto mariano, la dolorosa quedó expuesta durante toda la jornada a la veneración de los fieles en la parroquia de las Viñas. Por su parte, la Virgen de gloria de la Paz y Concordia estuvo expuesta en la iglesia de San Marcos, contando durante toda la jornada con la actuación musical de diversos maestros organistas tocando piezas musicales sacras en el órgano de San Marcos.

Hace 20 años que se bendijo el Señor de la Clemencia, y de manera puntual, la imagen estuvo también expuesta en besamanos. Fue una referencia distinta, alejada del rigor mariano que acompañana a la jornada, pero sin duda una buena oportunidad para conocer a una de las imágenes que más y mejor ha calado de las de reciente creación en nuestra Semana Santa, gracias al acierto de los herederos de Ortega Brú. Y además, esta cita se completó por San Benito con el Rosario vespertino que la hermandad celebró, presidiendo el mismo María Santísima de Salud y Esperanza por las calles de San Benito.

Por último, dos barrios periféricos, uno en la zona sur, el otro, junto al hospital, zona hasta hace poco inhóspita para las hermandades y cofradías. María Santísima del Perpetuo Socorro estuvo expuesta en besamanos en la Ermita de Guía de manera extraordinaria, celebrando los cincuenta años de vida de la hermandad del Perdón, mientras que la nueva dolorosa de Oliveras, María Santísima de las Bienaventuranzas, estuvo expuesta durante toda la jornada en besamanos tras la bendición que tuvo lugar el sábado en la parroquia del Perpetuo Socorro.