Según la Real Academia Española de la Lengua, la Psicología es la “ciencia que estudia los procesos mentales en personas y en animales” Pa tí, pa mí, lo que le ocurre a la gente en la cabeza, no a nivel físico, si no a nivel de espíritu, de facultades. No sé cuántas veces se ha hablado de la capacidad de Esteban Vigo como psicólogo. Como persona capaz de levantar el ánimo al mismísimo Marco, el día de la madre. Es capaz de motivar e incentivar al jugador y lograr que éste revierta una situación adversa logrando sacar lo mejor de él. Pues bien, visto lo visto, llego a la conclusión que Esteban tiene que estar desesperado. Vamos, de tirarse de los pelos. Me lo imagino en su casa leyendo y releyendo sus cuadernos de psicología deportiva y motivación personal.
El equipo flaquea a nivel de concentración en casi todos los partidos. Psicológicamente se encuentra débil. Le cuesta un mundo sobreponerse a un gol adverso, se hunde, baja los brazos. Ya lo decía el propio entrenador, la falta de concentración ha propiciado una gran cantidad de goles a balón parado que le está costando muy caro al Xerez. El primer gol del Almería , donde Charles remata sólo una falta, al zafarse de su marca, o el segundo tanto ante el Real Madrid Castilla en el que Borja fusila en una jugada ensayada, son los dos ejemplos más sangrantes.
Pero donde el Xerez hace aguas de manera manifiesta es en aguantar estoicamente los minutos anteriores y posteriores al descanso. Esos minutos llamados “psicológicos” en los que un gol, el “gol psicológico”, claro está, cobra una gran importancia al poder ser determinante para el resultado final. Sin ir más lejos, esto es lo que ocurrió en el partido de Copa ante Las Palmas. El tanto de Vicente Gómez en el minuto 45 hizo que, ni con un hombre más, el Xerez consiguiera doblegar a su adversario.
Pero lo preocupante es que esta ausencia de concentración está presente en todas las derrotas ligueras y siguen un mismo patrón. Además ya mencionado del despiste ante el Almería, ante el filial blanco vuelve a ocurrir. Borja da la vuelta al marcador en el minuto 40 y Jesé mata el partido en el 53. En el choque ante el Mirandés, más de lo mismo. Pablo Infante hace el 0-1 en el minuto 44. A los seis minutos de la reanudación, Aitor hace el segundo. El resto ya lo conocemos. La última derrota, ante el Sabadell, es un calco de lo mencionado anteriormente. Moha abre el marcador en el 42. Tres minutos después de la reanudación, Dani Tortolero hace el segundo y en el 55 llega el tercero de Espasandín.
Da igual jugar como local o como visitante, la caraja mental, la torrija, el pensar en las musarañas, vamos, la falta de concentración y atención de los jugadores azulinos hace que prácticamente en diez minutos, los cinco previos y posteriores al descanso, se tire por tierra todo lo trabajado durante la semana; y lo que es peor, unos puntos que Dios sabe para qué pueden haber sido útiles a final de la temporada
Da igual el resultado ante el Murcia porque como no se solucione el problema, recaerán a la primera de cambio y se continuará perdiendo partidos en esos diez minutos en los que, para el Xerez, son demasiado psicológicos.