Es lógico que haya dado hasta siete pregones en el corto espacio de doce meses, porque los defiende de maravilla. Con la satisfacción de sentirse querido, y con la seguridad que le otorga su vasta preparación y su profunda fe religiosa. Llegó Tacho, como le conoce todo el mundo, al sagrario de San Miguel presentado por el padre Ismael Maroto, quien dijo de él que era, en si mismo, pura eucaristía. Y con ese compromiso, arrancó la exaltación del Corpus Christi del año 2014.
Lo defendió Tacho con su humildad habitual, acercándose al público que llenó el sagrario de San Miguel con metáforas, historias, recuerdos y vivencias, pero también con algunos elementos históricos y teológicos que, lejos de aburrir, servían para contextualizar un relato que duró algo menos de una hora, pero que se hizo corto para todos los presentes. Un texto que buceó en la historia de lo sacramental en nuestra ciudad, y también más allá de nuestras fronteras, que trajo a sus folios a personas que ya no están entre nosotros, y a otras que son hoy ejemplo de culto sacramental y amor al Santísimo Sacramento.
Una exaltación que mezcló con acierto rima y prosa, que arrancó, pese al escenario elegido, aplausos en varios momentos de su intervención, y que sirvió de pórtico para la procesión que el próximo domingo recorrerá las calles de Jerez con Su Divina Majestad.