El refrán de a perro flaco todo son pulgas podría venirle como anillo al dedo a una institución que desafortunadamente no ha parado de recibir envites durante el último año. Los impagos, atrasos y recortes económicos, unidos a la aparición de normas restrictivas han provocado que el Colegio de Abogados soporte a duras penas el reto de seguir prestando un servicio de calidad y comprometido con los ciudadanos, con los escasos mimbres de los que dispone en la actualidad. Ahora, para colmo, un anteproyecto de ley relativo a los servicios profesionales que se debatirá en junio en el Consejo de Ministros ha supuesto la puntilla para el colectivo, ya que contempla nada menos que la desaparición de los Colegios de Abogados, limitando su existencia a uno por comunidad más excepcionalmente otro en algunas provincias. Leer noticia completa