Menudo susto se han llevado esta mañana los responsables del colegio Federico García Lorca, en la zona sur. Eran las nueve y diez de la mañana, es decir, que solo habían pasado diez minutos desde que los niños, de entre seis y 12 años, habían formado su habitual fila en el patio para subir a la clase cuando un trozo de cornisa de casi un metro de largo se desplomó sobre el suelo. El fragmento se rompió justamente al lado de las filas de primero y segundo de Primaria.
“Esto no se puede tolerar”, asegura la presidenta de la asociación de madres y padres de alumnos (AMPA), Paqui Pliego. El colegio está reclamando una mano de pintura y adecentamiento general de la fachada desde hace tres años y este desprendimiento -afortunadamente, sin daños personales- es la primera advertencia. Tanto desde la dirección del centro escolar como desde la AMPA ya habían enviado escritos y peticiones a las administraciones competentes pero sin respuesta por el momento. Ya han dado aviso, igualmente, de lo ocurrido esta mañana tanto al Ayuntamiento como a la Delegación Provincial de Educación, para que los técnicos vayan a inspeccionar el resto de la fachada y valoren si puede seguir desprendiéndose.
El centro se construyó en 1978 y necesita varios arreglos, por ejemplo, de los baños. No obstante, el que corre más prisa es el de la fachada, donde a simple vista se distinguen varias grietas. Por el momento, la zona donde han caído los cascotes está vallada para impedir que nadie se acerque.