La armonía perfecta entre los vinos de Jerez y las piezas musicales de grandes compositores, interpretadas por The Soloist of London, se ha convertido en una las citas de referencia en las agendas culturales. Las Bodegas Tío Pepe fueron el escenario donde se armonizó la música de E. Satie, Mozart, Haydn, Borodin y Schubert con Néctar Pedro Ximénez, Leonor Palo Cortado y Fino Tío Pepe.
Los rincones más especiales de la bodega han sido testigo de unos conciertos íntimos y únicos donde se ha unido la historia de esta catedral del Jerez con el misterio y complejidad de sus vinos y una música que despierta sentimientos. Una sinfonía perfecta que ha concluido con el “Concierto para piano K414 de Mozart”, en la Real Bodega de La Concha, y una cena en los mágicos jardines de Villa Victorina.
Por segundo año consecutivo se ha propuesto esta experiencia única que ha reunido a más de 400 asistentes en una noche mágica. La calidad musical y de los vinos de Bodegas Tío Pepe se fundieron en un concierto del máximo nivel que se consolida y se convierte en cita obligada para los amantes de estos mundos.
Leonor Palo Cortado en la Bodega La Cuadrada
Palo Cortado con mayúsculas, con personalidad, contundente, muy rico en aromas nobles, maderas, frutos secos, lacas e intensos tostados. La música de Borodin y de Haydn, al igual que lo hace una copa de Leonor, tiene la capacidad de invadir en pocos segundos todos los sentidos y apoderarse de ellos.
Tanto en el nocturno del cuarteto No. 2 de Borodin como en el tema con variaciones del Cuarteto Op. 76/3 de Haydn se ha escuchado la misma melodía transformada poco a poco, pasando por distintos estados y emociones.
Fino Tío Pepe en la Bodega Los Apóstoles
El Rondó para violín y cuerdas D. 492 de Schubert es una obra muy particular. En un rondó hay una melodía que hace de estribillo, que se va repitiendo a lo largo de la obra, intercalada por otras melodías de naturaleza marcadamente distinta. Se escucha este estribillo repetido, y sin embargo, siempre distinto.
El Fino Tío Pepe, con sus toques punzantes y salinos, acompaña la alegría y las notas agudas del sexteto. La riqueza de sabores ha acompañado a las distintas sensaciones que provoca escuchar desde ángulos distintos la melodía del Rondó.
Pedro Ximénez Néctar en el Patio de Lepanto
La mayor virtud de un gran vino de Pedro Ximénez es el equilibrio entre la dulzura y la acidez frutal; es la clave que busca el enólogo para que un Pedro Ximénez sea dulce, pero nunca empalagoso. La armonía perfecta entre dulce, amargo y ácido es la gran virtud de Néctar, que es capaz de aunar sus notas de confitura y pasas con una frescura sorprendente.
La Gymnopédie No. 1 de E. Satie, el Rondó en re mayor K. 485 de W. A. Mozart y el Étude-tableau Op. 39/5, aúna también estas cualidades. Música dulce, delicada, lejos de estridencias al oído, pero al mismo tiempo fresca, capaz de emocionar a quien la escucha. En muchos momentos, las obras aportan pasajes de gran solemnidad, en otros, de gran introversión.