Jerez ha destinado la jornada del miércoles a atravesar algunos de los puntos más emblemáticos del Coto de Doñana, siempre con la vista puesta en Marismillas, donde pernocta en esta última jornada de camino. Jerez se aleja, así, poco a poco de la Ermita del Rocío, con la mente puesta en la anunciada procesión del 19 de agosto.
El camino de vuelta es mucho más familiar que el de ida. Apenas treinta vehículos de tracción mecánica, frente a los 170 que hubo a la ida, hablan a las claras de la familiaridad del regreso de la hermandad, y de la intensidad de los momentos que en él se viven.
Ya sólo quedan horas para que la hermandad esté de regreso en Santo Domingo este jueves, acompañada de los cohetes, del puntero, del tamboril y la flauta.