El Gobierno ha dado ‘luz verde’ a la subida de impuestos especiales al alcohol, con un alza del 10%, y al tabaco, una medida que permitirá recaudar unos 700 millones de euros anuales, según ha confirmado este viernes el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, en la rueda de prenda posterior al Consejo de Ministros.
“Subimos los gravámenes de la tributación sobre aquellos consumos como el alcohol y el tabaco, que son los dos grandes consumos especiales que se deducían de la presentación de estabilidad”, señaló el titular de Hacienda.
De esta forma, el ministro ha desvelado que finalmente se subirá un 10% el impuesto que grava las bebidas espirituosas (como el brandy de Jerez), que pasará de 8,30 euros por litro de alcohol puro a 9,13 euros por litro, lo que supone un incremento de 83 céntimos.
Dicha subida impositiva tendrá impacto únicamente en este tipo de bebidas, ya que, según apuntó, esta medida “no afectará ni al vino ni a la cerveza”.
Rechazo del sector
Tras confirmarse este anuncio, la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE) ha tachado la tan temida subida de impuestos especiales de “discriminatoria y desastrosa”.
“No encontramos explicación a esta medida. Si lo que se buscaba era recaudar más, lo lógico hubiera sido gravar también al sector que más gana, y la cerveza lleva creciendo desde el 2010. Al igual que paga más IRPF quién más gana, o más impuestos quién más contamina, esto debería aplicarse al que más grados de alcohol vende, en esta caso, la cerveza, pero no es así”, ha lamentado el director ejecutivo de FEBE, Bosco Torremocha en un comunicado.
El sector considera que esta decisión es “irresponsable y discrimatoria”, ya que ahonda en la injusta e inexplicable discriminación fiscal, que sufre la industria de las bebidas espirituosas con respecto a otras bebidas con alcohol, como la cerveza.
“Se va a conseguir el efecto contrario al pretendido. Además, esta medida afectará negativamente al impuesto de sociedades y al IRPF, ya que muchas empresas se verán obligadas a cerrar y a despedir gente. Un despropósito”, ha afirmado Torremocha, que ha señalado que “esta medida conseguirá el efecto contrario al pretendido”.
Por eso, el sector de bebidas espirituosas ha considerado que esta subida de impuestos especiales ha de abordarse “necesariamente de manera transitoria”, y debería de estar condicionada a que desde su fecha de entrada en vigor hasta la fecha de elaboración de los Presupuestos Generales del Estado de 2014 se realice un estudio de impacto de este incremento impositivo sobre el sector y su repercusión en el consumo.
FEBE, además, insta al Gobierno a que se realicen análisis y estudios periódicos para determinar si esta medida contribuye a incrementar el fraude y las prácticas ilícitas en relación con la comercialización de bebidas espirituosas.
Respecto a las razones de ‘externalidades negativas’, referente al potencial daño que el consumo puede causar a la sociedad, aducido por el Gobierno para aumentar los impuestos especiales, el sector “no entiende que esto se determine desde el Ministerio de Hacienda, y exige que se solicite el dictamen del Ministerio de Sanidad”.
Impacto en el sector hostelero
La federación ha subrayado además que el 80% de las bebidas espirituosas se comercializan a través de la hostelería (frente al 60% de la cerveza), por lo que cualquier medida impositiva que se aplique al sector, contribuirá “inexorablemente” a reducir aún más el consumo, lo que impactará directamente en el sector hostelero, cuya actividad acumula pérdidas cercanas a un 20% desde que se inició la crisis en 2008.
Respecto a las consecuencias sobre el mercado laboral, FEBE ha alertado de que una posible subida de impuestos especiales provocará un recorte adicional de unos 35.000 empleos vinculados a la resturación, hostelería y ocio nocturno.