“Fue a buscarla porque estaba sola, aprovechando que no había nadie, con total alevosía”. Ésta es la razón fundamental por la que el abogado de la familia de Miriam Tamayo, Marcos Rodríguez, ha decidido solicitar para Germán. J. G. un presunto delito de asesinato, argumentando que de forma premeditada persiguió a la víctima y la abordó cuando se dirigía a la fiesta de fin de curso de la Escuela de Hostelería, para asestarle presuntamente varias puñaladas hasta acabar con su vida. Así, por el momento lo que tiene claro el letrado es el agravante de alevosía, a la espera del informe forense que determinará cómo murió exactamente la joven y cuántas puñaladas recibió, en función de lo que también podría alegar el agravante de ensañamiento. Si finalmente se tienen en cuenta estas dos circunstancias, el procesado podría enfrentarse a una pena de hasta 25 años de prisión. Leer noticia completa