La urbanización Los Villares se ha convertido en una de las zonas más castigadas de la ciudad en lo que a robos se refiere. Los asaltos a viviendas están proliferando de una manera alarmante, puesto que a los delincuentes parece resultarles relativamente fácil fracturar las rejas de acceso de las unifamiliares. Así lo han confirmado fuentes de la investigación, relatando el último caso ocurrido en la calle Mar Báltico hace solo un par de días. Un episodio que llama la atención especialmente, si se tiene en cuenta que el robo se produjo en una casa deshabitada.
Si a priori resulta complicado pensar qué puede haber de valor o utilidad en un inmueble vacío, los ladrones encontraron su particular botín en la grifería y se llevaron todos y cada uno de los grifos instalados en la vivienda. Fue un vecino el que alertó a la Policía de que se estaba cometiendo el delito, a raíz de los ruidos que le llegaban desde la casa en cuestión. Cuando los agentes se presentaron, observaron cómo alguien había roto la reja de entrada a la cocina y en el hueco de la escalera se toparon con dos individuos cargados con un arsenal de herramientas. En una bolsa de plástico que les intervinieron, hallaron un total de seis grifos.
Como explican las mismas fuentes, este tipo de robo se está volviendo cada vez más habitual siguiendo la estela del de cobre, que se ha convertido en el rey del trapicheo. El fin último de estos delitos no es otro que vender la mercancía como chatarra, lo que aporta suculentos beneficios a los cacos. Los dos individuos pillados en esta ocasión fueron trasladados a la Comisaría y de ahí al juzgado de guardia, que decretó su libertad con cargos por un presunto delito de robo. Mientras que uno de ellos solo tiene un antecedente penal por un delito contra la seguridad vial, el otro cuenta con un amplio historial delictivo por robos.