Indagar en los adentros del genial cantaor Manuel Torre, tanto en su vida como en su obra, sin olvidar el papel que tuvo en su mujer, Antonia la Gamba. Éste es el propósito de María del Mar Moreno en su último espectáculo ‘Soníos negros’, que clausura este sábado 7 de marzo el XIX Festival de Jerez en el Teatro Villamarta. Para este reto que se plantea como “la transmisión de la palabra que tiene compás”, la bailaora ha contado con la dirección de Gaspar Campuzano, miembro del grupo teatral La Zaranda, y la dramaturgia de Paco Sánchez Múgica.
Esos ‘Soníos negros’ toman como eslabón narrativo a la esposa del cantaor, Antonia la Gamba, y arranca con la muerte del genial artista y la preparación de las exequias por parte de algunos miembros de la familia. Ello da pie a su mujer a rememorar las peculiaridades de su esposo: su afición por los gallos y los galgos; en el campo, en los reñideros, en los tablaos. En definitiva, un ser jondo inmortal y esencial.
“Todo lo que fue y lo que ahora es, será”, leyó Gaspar Campuzano ante los medios de comunicación. Esta frase que atribuyó a Valle-Inclán viene a ilustrar el ideario estético de este montaje de la compañía que lidera María del Mar. Como dice la propia bailaora, “todo es eternidad y todo lo que fue será después”. Es decir, por encima de modas y tiempos, está el flamenco de verdad. Ese flamenco que llega a las entrañas, tan singular y encarnado en figuras tan legendarias como Manuel Torre.
Sobre el escenario aparecerá el eslabón vital y cantaor del genial seguiriyero en ‘Soníos negros’. Manuel Torre es el eje de este espectáculo y María del Mar Moreno advierte que en su propuesta “vamos a inspirarnos en él, buscarlo, invocarlo, ser meros transmisores” de un importante legado artístico en el que el tiempo aparece “como una continuidad”. Ni pasado ni presente, pues “los que estuvieron están”. Y, en el flamenco, el paso del tiempo no ha logrado olvidar a Manuel Torre y sus cantes aún se entonan sobre distintos escenarios.
En este “humilde homenaje” María del Mar Moreno pretende establecer una simbiosis perfecta entre flamenco y teatro o viceversa. Una unión llevada hasta un límite en el que el teatro conduzca al espectador hacia el flamenco y el flamenco al teatro, según Gaspar Campuzano. Y es que hasta “la palabra suena a compás”, añadió. “El texto no es texto, es cante”, subrayó María del Mar Moreno.
Cohesión flamenco-teatro
Pese a reconocer la difícil cohesión entre esos dos mundos –teatro y flamenco-, en opinión de la bailaora, en ‘Soníos negros’ se logra “un equilibrio”. Tal vez tenga mucho que ver el hecho de que el grupo artístico que lidera “haya hecho suyo el espectáculo” y eso tendrá su reflejo en el resultado final.
No obstante, reconoció que el cante de tan ilustre figura “no es muy agradecido para el baile. Tiene poco recorrido y no permite exhibirse”. A este respecto, dijo que su nuevo montaje reflejará ese modo de decir de Manuel Torre –“un cante cortito pero que te deja muerto”- a través de los diferentes palos. Y que también ella lo siente así. Tal vez sea éste “un concepto que el público de ahora no está acostumbrado”, pero en ‘Soníos negros’ “no hay nada gratuito”, fiel reflejo de lo que se representa, aunque sí “una pincelada de todo”.
En ese muestrario del cantaor su baile transitará por soleá, siguiriya, taranto, alegría y farruca, entre otros palos. “El cante te condiciona a la hora de expresar el baile”, confesó.
El poderío cantaor –que hará recordar los ecos de tan mítica figura- estará concentrado en las gargantas y saber decir de Antonio Malena, Manuel Malena y Antonio Peña El Tolo, acompañados por las guitarras de Santiago Moreno y Antonio Malena Hijo, las palmas de Ale de Gitanaría y Javier Peña. Completa el elenco las actrices Ana Oliva y María Duarte y Jesús Jiménez Padilla como corneta.
“Estamos aquí para celebrar los dones de nuestra tierra”, exclamó María del Mar Moreno. Entre esos “dones” figura como colaborador necesario Gaspar Campuzano, miembro del grupo teatral La Zaranda, quien se mostró “contento” de participar en este proyecto como director escénico. Por su parte, Paco Sánchez Múgica, autor de la dramaturgia, subrayó “la importancia del equipo artístico en este proceso creativo”.
‘Soníos negros’ representa un antes y un después en la trayectoria de María del Mar Moreno. Se mantiene la filosofía que define a la compañía, pero se eleva su discurso narrativo, argumental y escenográfico a la hora de poner de manifestó ese flamenco de crianza de larga duración arraigado en Jerez.
Es en 2001 cuando la bailaora toma la decisión de formar compañía propia. Ese año pone en escena ‘Momentitos de locura’ y, dos años más tarde, crea ‘Septiembre’, un espectáculo teatralizado y dirigido por Ramón Pareja. En 2005 llegaría ‘Jerez Puro. Esencia’ por el que recibe el Premio del Público en el IX Festival de Jerez.
En 2007 estrena, con la dirección escénica de María Martínez Tejada, del grupo Atalaya Teatro, su espectáculo más personal e íntimo: ‘María, María’. Tres años más tarde surge ‘Quiero tu cante’ y en 2014 pone en escena su última creación ‘De cal viva’.