El próximo miércoles día 14 de noviembre, la jornada en la que está prevista la convocatoria de huelga general contra la política de recortes y la desprotección social que propicia el actual Ejecutivo central, será el último día en el que el rostro más conocido del sindicalismo en Jerez diga adiós a su etapa en la ciudad.
José Manuel Trillo se va, pero no del todo. Y es que haciendo casi bueno el chiste que se cuenta en la ciudad y que dice que él estaba antes de que hubiera siquiera conflictos laborales y permanecerá hasta el último, el ya antiguo líder de Comisiones Obreras en Jerez traslada ahora su foco de actuación a la provincia de Cádiz como miembro de la nueva ejecutiva provincial del sindicato que se aprobará en unas semanas.
Su sucesor en Jerez, el que tomará el testigo de casi 32 años de labor sindical, será Rafael Tejada, hasta ahora secretario de Acción Sindical en la agrupación local y que también acumula ya más de tres décadas en el sindicalismo local y de la mano del líder que ahora se marcha al provincial.
El traspaso de poderes se oficializó ayer durante el XII Congreso de la Unión Local de CC OO de Jerez, cita a la que acudieron el 83% de los alrededor de 70 delegados de cada una de las ramas y secciones sindicales de empresas citados, y en la que Tejada, que era el único candidato, salió avalado por unanimidad, lo mismo que el informe del secretario general saliente.
Para Trillo, eterna figura de la lucha obrera en Jerez que ha vivido de todo a lo largo de sus más de 30 años en el cargo, incluso una condena por unos piquetes que casi le obliga a pisar la prisión si no llega a ser indultado, lanza un aviso a los que “hoy estén brindando con cava por mi marcha: no me voy del todo y, sobre todo, Rafael es un gran sindicalista, preparado y siempre ha estado a mi lado, y sé ahora llevará las riendas dando la cara y pisando la calle, no desde un despacho”.
Del balance de sus 30 años en el cargo le queda la certeza de que “Jerez siempre ha tenido malas épocas y problemas, desde el desmantelamiento bodeguero, al paso por el ladrillo y ahora un sector servicios que da de comer a duras penas”. Pero pese a todo Trillo declara sin ningún tipo de duda que la actual es la peor etapa. “No es por lo económico, que también con casi 35.000 parados y con pocas empresas que dinamicen la economía, sino sobre todo por la ausencia de diálogo y concertación”, argumenta antes de añadir que “antes hablábamos, buscábamos el consenso, pero ahora todo se hace con soberbia, premeditación y alevosía”.