La vida de Alejandro es la vida de su padre. Y la vida de su padre es la de muchos padres que luchan día a día para que sus hijos gocen de una vida a la que incorrectamente catalogamos como normal, pero que socialmente se ha impuesto como tal. La vida de Alejandro es la de un niño, un niño con síndrome de Down que tan solo quiere jugar al baloncesto con su equipo, el DKV Jerez. Leer noticia completa