Las multitudinarias fiestas pastilleras que de vez en cuando se celebran en la ciudad, especialmente en polígonos industriales, raras veces se saldan sin incidentes. La llevada a cabo el pasado sábado no podía ser una excepción y acabó con una agresión con arma blanca, además de incautación de estupefacientes y otros episodios menores. Como han informado fuentes del caso, todo ocurrió a alrededor de las tres de la mañana, en plena fiesta ubicada en un local de celebraciones del Polígono Empresarial Oeste.

La Policía Nacional había desplegado un amplio operativo, que incluía dos dotaciones de la UPR (Unidad de Prevención y Reacción), ya que los agentes conocían la organización del evento con varios días de antelación. A la hora señalada, se produjo un gran revuelo ya que un individuo había “pinchado” a otro en la pierna en plena fiesta. Los funcionarios allí apostados asistieron a la víctima y llamaron a los servicios sanitarios, mientras buscaban al agresor entre la multitud de cientos de personas, que podía llegar al millar. Desafortunadamente el autor del ataque consiguió escapar y perderse entre el tumulto, mientras una ambulancia trasladaba a la víctima al Hospital del SAS.

Según estas fuentes, a pesar de lo que pareció en un principio las lesiones del joven no revisten gravedad. Por lo demás, la investigación sigue abierta aunque la Policía no tiene muchos indicios acerca de la identidad del agresor. En la fiesta, por otro lado, los agentes de Estupefacientes también intervinieron incautando diversas sustancias en un evento en el que el trapicheo corrió a raudales. Según los profesionales, jóvenes de diversos puntos de la provincia y de fuera de ella se dieron cita en el Polígono Oeste, convocados principalmente a través de las redes sociales.

Son jóvenes, da la impresión de que sin oficio ni beneficio, y se reúnen a cualquier hora del día o de la noche en los soportales de la calle Diego Fernández Herrera, en Madre de Dios. Un grupo de unos 15 chicos, algunos menores, mantiene en vilo al vecindario que los acusa de fumar porros, trapichear, asustar a los viandantes, armar bronca y ensuciar el entorno sin que nadie termine de tomar cartas en el asunto. Reporteros Jerez ha hablado con algunos de estos residentes, que se lamentan de que los jóvenes “campan a sus anchas y cualquier día ocurrirá una desgracia”. “Se ponen a hacer ruido a todas horas, los oímos por la ventana y si te asomas se meten contigo. Además, se pelean mucho entre ellos e increpan a la gente que pasa”.

Los comerciantes de la zona están indignados, porque aseguran que las molestias que ocasionan dañan la imagen de sus negocios. La dependienta de uno de ellos ha contado cómo hace dos días se presentó uno de los chicos allí ofreciéndole droga y acosándola. “Me asusté y tuve que llamar a la gente de la farmacia. Tienen ahí fuera un verdadero campamento montado”. Hay vecinos que han reconocido el miedo que les provoca la situación, y temen enfrentarse a ellos por si toman represalias y les arañan el coche o algo peor. Alguno incluso afirma que interpondrá una denuncia en la Comisaría para que la presencia policial sea mayor.

Los agentes, por su parte, detuvieron hace unos días a uno de los chavales sobre el que pesaba una orden de busca y captura, algo que comprobaron tras pedirle la documentación. Sin embargo, fuentes del Cuerpo reconocen que aparte de esto poco más se puede hacer, mientras no exista una denuncia formal o se les pille cometiendo un delito. Eso sí, lo que podría incrementarse es la dotación policial con el fin de disuadirlos y que desmantelen su campamento improvisado.