‘’Dios me está haciendo ver que soy un hombre como otro cualquiera”. Esta frase de Muhammad Alí al conocer su terrible enfermedad dejó claro cómo un boxeador que tocó el cielo se topó de pronto con el mundano suelo. El boxeo, ese deporte de nobles que a veces practican rufianes, se ha caracterizado por dejar muchos juguetes rotos en nuestro país, muchos proyectos sin acabar y muchas estrellas fulminadas en el firmamento del olvido. Leer noticia completa