El ambiente ya presagiaba que el concierto iba a dar que hablar, y que bailar. Más de 300 personas se dieron cita la pasada semana en el Alcázar para disfrutar del último de los recitales de verano programados esta temporada. Sobre el atestado escenario un piano, una batería, un bajo-contrabajo, seis saxofones, cuatro trombones, cuatro trompetas y una tuba, o sea, la Big Band de Jerez. La banda, de reciente creación, está compuesta por casi una veintena de músicos entre los que prima la juventud y el talento. El propio director, Luis Alfonso Román, solo tiene 23 años pero ya atesora a sus espaldas la experiencia y el saber hacer de un profesional apasionado por la música.
Con un dominio absoluto de la escena, el responsable disfrutó de lo lindo tanto dirigiendo a los músicos como participando en algunas piezas con el clarinete. El concierto -dividido en dos partes- dejó momentos para recordar, como la ‘Yardbird Suite’, de Charlie Parker, con la que abrieron boca. Tampoco se quedaron detrás las versiones del famoso ‘Yesterday’ (con la voz de Carmen Panés), ‘Feeling good’ (con Lola Vega) y la pieza ‘Samba’ (compuesta por Luis Román y estrenada para la ocasión). Miguel Ángel Cortés también puso magistralmente su garganta al servicio de la letra de ‘I’ve got the world on my string’. Temas del jazz más clásico terminaron de convertir el Alcázar en un club de los años 30 y completaron el cuidado repertorio. Los solos de trompeta y de saxo hicieron las delicias del público, que aplaudió con fuerza cada uno de los temas y finalmente se quedó con ganas de más, a pesar de que hubo tiempo para un bis. Acostumbrados quizás a otros estilos musicales, los asistentes se sorprendieron por la calidad y la soltura de la Big Band jerezana sobre el escenario.
La velada estuvo coproducida por la empresa jerezana Escena Lírica Producciones, en colaboración con la Delegación de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento de Jerez