Incertidumbre y muchas incógnitas que resolver en el Xerez Club Deportivo. La afición xerecista no sabe esta temporada dónde encasillar aún al equipo de Esteban Vigo. No solo la posición en la clasificación pone a las claras el más que irregular arranque liguero. Los números no engañan y menos tras recibir una nueva goleada el pasado sábado ante el Sabadell. Evidentemente, hay mucho tiempo y margen para mejorar, pero la reacción es necesaria ya. Y es que tampoco es normal que el equipo lo dé todo o nada.
Los azulinos no tienen punto medio en estas primeras seis jornadas de Liga. Suman tres puntos o pierden tres puntos de forma clara. De momento se olvidan de empatar, un síntoma, a priori, nada bueno. De hecho, el Hércules, otro de los equipos llamados esta campaña a pelear por el ascenso, tampoco sabe lo que es sumar de un punto hasta el momento y está metido en zona de descenso.
Los otros dos casos de equipos que tampoco han conseguido acabar un partido con empate son punto y aparte. Los filiales del Real Madrid y el Barcelona están en otra cosa. Juegan para otros intereses, son capaces de dar su mejor versión en un encuentro y golear, que ofrecer su peor cara, aunque no se puede decir que hayan arrancado muy mal la Liga.
Las comparaciones son odiosas y por ello nos vamos a olvidar de ellas. Lo cierto es que centrándonos en el Xerez, el entrenador malagueño mucho tendrá que seguir leyendo la cartilla para normalizar la situación. La afición, el club, los jugadores, medios de comunicación y el xerecismo en general lo necesitan. Los extremos nunca fueron buenos y ante el Real Murcia el equipo debe volver a mostrar el camino recto a seguir.