El 43% de los padres gaditanos no supervisa el uso que hacen sus hijos en edad adolescentes de sus teléfonos móviles, según revela el estudio realizado por un grupo de profesores dentro del proyecto Comenius Regio ‘Construyamos puentes entre la familia y la escuela’. Los resultados, que se han presentado esta semana, indican que las familias aún no dan demasiada importancia a estos dispositivos que cada vez ocupan más tiempo entre los menores. La conclusión puede ser más grave aún desde la generalización de los smartphones, que incluyen conexión a internet entre sus principales prestaciones.

“Hay que convencer a los padres de que tienen que saber qué hacen sus hijos con las nuevas tecnologías y avisarles de los posibles peligros que se pueden encontrar”, explica la coordinadora del estudio, Carmen Sotelino. Cuatro institutos de la provincia -IES Asta Regia (Jerez), IES Mar de Poniente (La Línea), IES Castillo de Matrera (Villamartín) e IES Fernando Quiñones (Chiclana)- y cuatro del condado de Kent, en Inglaterra, han participado en las encuestas.

Ese nivel de supervisión se eleva en el caso de internet al 78%, del uso del ordenador al 703% y de la televisión al 70%. No obstante, los autores aseguran que “ese 25% restante que no ejerce ningún control puede llegar a ser peligroso”. Por eso, desde la visión experta de los orientadores y profesores que han analizado todas las variables, aconsejan a los centros escolares a que impulsen medidas y actividades de concienciación dirigidas a las familias. “Se pueden organizar campañas, informar a los padres de ciertos peligros que conllevan las nuevas tecnologías. No es cuestión de prohibir porque tienen utilidad, sino de hacer un uso adecuado”, indica Sotelino. Además, apunta la responsable “en este estudio se ha demostrado que hay una correlación entre el uso excesivo de estas herramientas y los resultados académicos”. 

No se habla de sexualidad

Otro de los resultados que ha llamado más la atención a los investigadores es que las familias no suelen hablar de sexualidad y relaciones afectivas con sus hijos -el perfil de estudio es de menores entre los 12 y los 16 años-. Lo más habitual es hablar de los estudios, de las responsabilidades familiares o de las amistades, dejando la sexualidad en el último de la lista de nueve opciones. “Son temas de los que cuesta hablar pero hay que hacerlo, es necesario”, indica Sotelino.