5 ESTACIONES from Festival de Jerez Televisión on Vimeo.

El pistoletazo de salida de la XVII edición del Festival de Jerez nos brindó la ocasión de disfrutar de un espectáculo cargado de contrastes. El Villamarta abría sus puertas al flamenco y se engalanaba con los colores que las dispares formas bailaoras que componían el elenco, nos ofrecían.

‘Las cinco estaciones’ pudo pecar de ambición en el minutaje, dos horas y media que si bien no mermaron la calidad de la propuesta, sí  restaron fulgor a determinados momentos, sobre todo, del último tercio del espectáculo.

La guajira marchenera que Rozalén llevase del silencio al vuelo del Pay-Pay sirvió de preámbulo al esperado reencuentro sobre las tablas de Olga Pericet y Marco Flores.  La expectación no era para menos. Olga y Marco, Marco y Olga, sentaron cátedra con un paso a dos con envoltorio de caña, que puso el listón a una altura difícilmente superable. La conexión física se hacía latente con independencia de las posiciones o gestos de los bailaores, que entretejieron una bellísima propuesta construida sobre un cimiento clásico y rematada con un virtuosismo difícil de describir.

Blanca de Rey sostuvo el diálogo en el que el mantón hablaba de su soledad, sobresalientemente acompañada por una pareja de sonantas exquisitas y un superlativo Miguel Lavi. Londro no le fue a la zaga por zambra para una creciente Laura Rozalén y de nuevo Lavi descolló en la seguiriyas que Mercedes Ruiz construyó bata y castañuelas en ristre. Enjuta y vibrante como es costumbre en ella, evolucionó el baile que el pasado año presentase en la Sala Compañía en su “Baile de palabra”.

Similar tesitura para los abandolaos que Olga Pericet trajo a continuación. Un interesante juego de tiempos que tomaban como punto de partida estético aquellos abandolaos de “Bailes alegres para personas tristes”, que tras el vendaval fandanguero a cargo de los dos Migueles cantaores, Lavi y Ortega, acabaron con la cordobesa arrodillándose ante el imponente poderío del cante.

Marco Flores volvió a las tablas para  trazar unas peteneras de auténtico ensueño. El arcense proyectó todo el cuerpo sobre un punto de fuga y articuló un prodigio de sensibilidad y de posicionamiento físico.  Un número redondo sin un pero en el cante o el maravilloso toque de Antonia Jiménez y que llevaron al bailaor a hacerse con el protagonismo definitivo de la noche. Un protagonismo que fue en detrimento de la pieza que a posteriori interpretasen Marcedes Ruiz y Blanca del Rey, dramatizando a danza que acompañó la creación sobre el cuarteto nº 14 de F. Scubert.

El fin de fiesta se vertebró sobre una estructura de baile por cantiñas, en las que de nuevo Marco, ahora exqisitamente acompañado por Mercedes Ruiz, puso punto y final a la velada. Una gran apertura de festival que dejó satisfecho al respetable y que mostró las bondades del elenco seleccionado, amén de encumbrar al único miembro masculino del reparto de baile.

La ficha

Al baile: Blanca del Rey, Marco Flores, Olga Pericet, Laura Rozalén y Mercedes Ruiz.

Al cante: Londro, Miguel Lavi y Miguel Ortega

Al toque: Paco Serrano, Santiago Lara y Antonia Jiménez

Violonchelo: Débora de la Fuente

Percusión: Rafael García Fontaiña

Libreto y dirección de escena: Francisco López .